Piotr Kropotkin no necesita presentación, se trata de uno de los padres del anarquismo clásico y un filósofo con merecido lugar propio en la historia. Además de pensador y activista revolucionario, fue un importante investigador científico, especialmente en los campos de la geografía y de la antropología.
Nos llega ahora, editada por LaMalatesta Editorial, la obra La ciencia moderna y la anarquía, y como se pregunta Philippe Pelletier en el inicio de su imprescindible prólogo, la gran pregunta es lo que puede aportarnos un libro sobre ciencia escrito hace más de un siglo. Kropotkin, en una época en la que se pretende haber superado la modernidad, es habitualmente tildado de utópico cientifista, pero lo que el pensamiento posmoderno suele pasar por alto es que, por mucho que haya cambiado el mundo y la ciencia en este tiempo, los debates que se planteaban entonces siguen estando de plena actualidad. No es casualidad que la obra de Kropotkin causara una gran controversia en su propia época, molestando tanto a la burguesía como a la izquierda parlamentaria, y esté siendo en los últimos años cuando se esté dando el verdadero valor a su trabajo.
Nos llega ahora, editada por LaMalatesta Editorial, la obra La ciencia moderna y la anarquía, y como se pregunta Philippe Pelletier en el inicio de su imprescindible prólogo, la gran pregunta es lo que puede aportarnos un libro sobre ciencia escrito hace más de un siglo. Kropotkin, en una época en la que se pretende haber superado la modernidad, es habitualmente tildado de utópico cientifista, pero lo que el pensamiento posmoderno suele pasar por alto es que, por mucho que haya cambiado el mundo y la ciencia en este tiempo, los debates que se planteaban entonces siguen estando de plena actualidad. No es casualidad que la obra de Kropotkin causara una gran controversia en su propia época, molestando tanto a la burguesía como a la izquierda parlamentaria, y esté siendo en los últimos años cuando se esté dando el verdadero valor a su trabajo.