sábado, 26 de abril de 2008

Presentación de "El anarquismo individualista (1923-1938)"


Ayer viernes, 25 de abril de 2008, tuvo lugar en La Malatesta la presentación de este libro, a cargo de Xavier Diez, el autor y de Juan Pablo Calero, historiador. El individualismo anarquista es una corriente dentro del anarquismo que se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX en Europa y EE.UU., especialmente a través de la obra de pensadores como Stirner o de Thoreau, y que vive su eclosión a finales del XIX y principios del XX con las aportaciones, entre otros, de Armand, Ryner, Warren y Tucker. Las ideas individualistas llegan a finales del XIX a España de la mano de revistas como La Revista Blanca de Federico Urales y Soledad Gustavo, y de las primeras traducciones de Nietzsche, Ibsen, Tolstoi o del propio Stirner, en un momento en que el mundo intelectual, en plena crisis por los desastres coloniales, está en un proceso de acercamiento al anarquismo, en cuyas publicaciones colaboran autores de renombre como Unamuno, Azorín o Pío Baroja. Aunque no se puede hablar de un individualismo anarquista propio en España, dada la ausencia de grandes pensadores adscritos a esta corriente de pensamiento, lo cierto es que las ideas individualistas tienen una gran presencia en el mundo libertario hispano a partir de la década de los veinte y hasta el final de la Guerra Civil. Como señaló Díez, la vertiente individualista del anarquismo es muy concreta, pero también se encuentra de manera implícita en todo el anarquismo (o, mejor dicho, "los" anarquismos). Ello pudo resultar clave para vacunar al movimiento libertario de la tentación de los movimientos de masas de entreguerras, los totalitarismos fascista o comunista. La preservación de la libertad individual, de poner las ideas y las instituciones al servicio del individuo (y no pretender su sacrificio, como pretenden finalmente los nacionalismos o las religiones) es una de las señas de identidad del anarquismo. Ello pudo llevar a, por ejemplo, el respeto que se tuvo a aquellas personas que en la Revolución española no quisieron participar de las colectivizaciones y desearon trabajar sus tierras individualmente. La visión de la propiedad es otra cuestión delicada a priori en la historia del anarquismo, pero fácil de entender si partimos de la premisa de ser fundamental el derecho a la propiedad (sin que este derecho afecte al del otro). El estatalismo sería, tal como ya lo indicó Proudhon en el protoanarquismo (y sin que ello se confronte necesariamente con la vertiente individualista, a mi modo de ver), un "robo" de la propiedad de los medios de producción, que solo corresponde a los trabajadores. El interés del anarquismo por un autor como Stirner (para el que la propiedad del individuo era parte primordial de su libertad) así lo clarifica.

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