tag:blogger.com,1999:blog-2162418168775968866.post774770849816142666..comments2023-12-23T02:12:55.095+01:00Comments on Reflexiones desde Anarres: Esclavos tecnológicosCapi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2162418168775968866.post-76954261031839226182010-12-23T10:56:05.968+01:002010-12-23T10:56:05.968+01:00Eso es cierto, el problema es que incluso, en ocas...Eso es cierto, el problema es que incluso, en ocasiones la vía más purista, hacia el no consumo o el no usar determinados instrumentos del mercado, el propio sistema ya lo absorve sin ningún problema. Desde luego, todas estas cuestiones, pasan por un cambio de los modos de pensar y actuar. Y quizás sea bueno pensar que para que sea más eficaz, también tengamos la capacidad de sobrevivir al capitalismo y actuar dentro de él para transformarlo.<br />Un fuerte abrazo y felicidades por este blog. Especialmente por esa defensa encendida del ateismo que compartimos, en este mundo de ascenso de la religiosidad posmoderna. Salud.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2162418168775968866.post-64201679070464248412010-12-21T23:51:50.375+01:002010-12-21T23:51:50.375+01:00Interesante artículo y muy acertada la imagen, Cap...Interesante artículo y muy acertada la imagen, Capi. Lo que más me hace pensar al leerlo es la transferencia ideológica que se ha producido entre el instrumento y quien lo usa. Si inicialmente todo instrumento estaba libre de intencionalidad, y ésta venía dada por su uso, actualmente nos encontramos que ciertas herramientas tecnológicas ya poseen carga ideológica en sí mismas, carga que se evidencia en el mismo momento en que son utilizadas, independientemente de la voluntad de quien las utiliza. Así, si antes un cuchillo era siempre inocente de toda culpa pues era quien lo utilizaba el que inculcaba en él la categoría de instrumento de trabajo (si era un médico) o de arma (si era un asesino), ahora basta con utilizar un teléfono móvil para que quien lo use se convierta de hecho en cómplice de un crimen, pues quien compra tecnología producida en indignidad se convierte en colaborador necesario de su producción, y por tanto de todos los crímenes que la conforman. Esta es la tesis fundamental defendida por los que abogan por un consumo responsable, pero incluso si la tecnología que se utiliza ha sido realmente producida sin explotación (algo que por otra parte es bastante improbable, pues la producción capitalista nunca está exenta de explotación) el comprador no se libra de la contaminación ideológica, pues el hecho mismo de la compra ya se convierte en un acto de apoyo. Todo consumo es un acto político, y el no consumir tal vez sea el acto político más necesario. Otra cosa es que estemos preparados para llevar la decisión de no consumir hasta sus últimas consecuencias.<br /><br />Salud, compañero.Anonymousnoreply@blogger.com