jueves, 5 de junio de 2008

Sobre la ausencia o erradicación

Resulta osado tratar de dar un sentido definitvo a la acepción positiva de "anarquía", pero a mí particularmente me gusta la expresión "sin jefe", que además no traiciona para nada su sentido originario, mucho más que otras muy manidas como "ausencia de autoridad" o de "ley". Pienso que el anarquismo como ideal de la humanidad sí supone el respeto a una autoridad (la que queda legitimida por la colectividad, que a su vez respetará armónicamente a la autoridad que supone la conciencia de cada individuo) y a una serie de normas, todo ello en un estado de máxima flexibilidad (otro significado que me agrada para "anarquía"). Es más, yo sería cuidadoso incluso en cuanto a la oposición anárquica a cualquier gobierno, ya que se pretende (según mi opinión, insisto) que no haya una clase dirigente (ausencia de jefes, vamos), pero sí podríamos expresar la anarquía (o el anarquismo, como su concreción política positiva) como la intención de que el gobierno quede diluido en el conjunto de la sociedad (implicación de cada persona en los asuntos que le atañen, menor delegación posible). La etimología de la palabra nos remonta al "arkhé" griego ("fuente", "principio", "origen"... además de "autoridad"), tan importante para los orígenes de la filosofía. Curiosamente, esa ausencia de "principio" que sería la anarquía en la antigüedad (o falta de sujeción, expresión que gustará también a un espíritu libertario), condujo a que numerosos teólogos medievales consideraran que aquí el único anárquico era Dios. Otro motivo más, por si tuviéramos pocos, para reafirmarnos en el ateísmo. En la modernidad, va tomando forma el significado político de la palabra "anarquía" y se van configurando diversas doctrinas para el anarquismo. A Hobbes le debemos la acepción política más negativa del término, ya que consideró que era necesario un soberano absoluto para superar ese estado de la naturaleza en el que los hombres eran incapaces de gobernarse a sí mismos y se daba la lucha de todos contra todos. Le vamos ganando la partida al autoritario autor de Leviatán. El poder tiende a perpetuarse y aplastar toda disensión, por lo que es necesaria ésta, así como la expansión de la libertad en general; también el liberalismo ha sostenido este principio, pero la su identificación con una sola clase (la burguesa) le hace distanciarse del anarquismo en los aspectos social y económico. Pero vuelvo al significado de "anarquía" como "ausencia de...". También es habitual hablar de la sociedad anarquista como supresión de toda coacción, pero de nuevo caemos en un radicalismo formal que tal vez no ayude demasiado a expresar las ideas libertarias. "Coacción" como expresión de fuerza o violencia para realizar algo es un claro enemigo de la idea anarquista, pero podríamos añadirle algún adjetivo tan bello como "moral" (aunque, para ser honestos, habría que darle contenido a esta palabra, y ahí entra en juego la "moral anarquista", con una fuerte tradición y unos fuertes principios). "Coacción", "poder", "autoridad"... son conceptos que difiícilmente pueden ser erradicados, pero sí tener un significado muy diferente en una sociedad todo lo libre e igualitaria que podamos realizar (y todo está por hacer, no hay nada que trascienda al ser humano). Ya digo, la victoria moral histórica corresponde sin duda a las doctrinas anarquistas.

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