jueves, 10 de julio de 2008

Reportajes basura

El pasado 19 de junio se emitió un reportaje presentado por la inefable Mercedes Milá, parece que el programa se llama Diario de..., con el título "Los extremos se odian". Yo no vi el reportaje, pero sí escuché al día siguiente un comentario en el bar donde desayuno (donde se mueven personajes dignos de un guión de Azcona) con el que me hice una idea de lo que pudo ser aquello, algo así como que los grupos antifascistas utilizaban técnicas de secta para captar al personal. Mavi, madre de Carlos Palomino, el chaval asesinado por un militar ultraderechista en noviembre del año pasado, realizó unas incisivas declaraciones después de ver el reportaje en el que, supuestamente, se iba a emitir su larga entrevista. Mavi no habla de manipulación a priori, sino de haber omitido su entrevista, así como la de los amigos de Carlos, y denuncia el pábulo que le dan a un abogado militante de Nación y Revolución. Mavi no se mostró con pelos en la lengua e inculpó al gobierno, a la delegación del gobierno y al tribunal supremo, se atrevió a decir que los nazis no eran más que sicarios de los poderosos. También dejo claro esta mujer que terrorismo es asesinar a alguien por su ideología (sea cual fuere) y que la vida de su hijo parece no valer tanto como la de los asesinados por ETA, denunciando el inexplicable retraso en el juicio al asesino de Carlos. El reportaje omitió todo esto, tal vez porque se encontraron con un material que no podían manipular ni llevar a su terreno. Aquí se puede leer el manifiesto íntegro de Mavi. He de decir que la Milá, personaje que considero deleznable desde hace bastantes años, es un ejemplo de estos "reportajes de investigación" claramente manipuladores, sensacionalistas y ajustados a un pensamiento político correcto y reduccionista. Equiparar a fascistas y antifascistas es, sencillamente, y por mucho que se repita, una mentira malintencionada o fruto de la ignorancia. Excesos se producen a menudo en las manifestaciones, pero rara vez se habla de las cargas policiales desmedidas o de la violencia que produce ver a una panda de bestias con el brazo en alto gritando consignas salvajes. Solo estos chavales parecen reaccionar y ser absolutamente intolerantes con unas ideas políticas inadmisibles. En la manifestación ultraderechista que se produjo en el barrio madrileño de Tirso de Molina en la última campaña electoral hubo disturbios por parte de los antifascistas, es cierto, pero apenas salió en la prensa la indignacion vecinal ante la tolerancia gubernativa con el fascismo. Yo estuve allí y así lo escuché, eso también es parte de la realidad social.
La manipulación periodística, sobre todo en esta televisión vergonzosa que padecemos, es una realidad de la que debemos partir si queremos estar informados. Es imposible estarlo, sin contrastar, con este tipo de reportajes de investigación o con cualquier tipo de informativo. Es tan sistemática la manipulación que hasta está peligrosamente asumido, tanto por generadores de información como por espectadores, el hecho de sacar de contexto frases para dar un sentido diferente (es algo que se dispara en los llamados realitys shows, que pretenden beber de "lo real", por lo que se acaba confundiendo ficción con realidad). Malos tiempos, muy malos, éstos en los que existe tanto canal de comunicación, para acceder a una auténtica realidad social.

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