A propósito de la última película estrenada de Cronenberg, Un método peligroso, protagonizada por Freud y Jung, me gustaría hablar de ambos autores. La película me gustó mucho, aunque tal vez más por su contenido intelectual, que por méritos estrictamente cinematográficos. Aunque la historia se refiere a la siquiatría o al sicoanálisis, se representan dos modos de ver la vida que tienen mucho que ver con el materialismo (o positivismo) y el idealismo. Freud insiste en una metodología científica y critica la mera especulación para tratar de curar la neurosis en beneficio de un yo racional, mientras que Jung se va adentrando en terrenos ajenos a la ciencia e insiste en recuperar cierta esencia del ser humano al margen de cuál haya sido su realidad material (una visión que puede considerarse religiosa). Paradójicamente, y a pesar de esta supuesta adscripción de Freud a la ciencia, hoy se cuestiona notablemente si el sicoanálisis pertenece al terreno científico. Hay que aclarar que Freud es representado en la película como alguien frío y conscientemente desprovisto de humanidad (en una significativa secuencia, se niega a revelar sus propios sueños para no ser puesto en una posición de indefensión y ver cuestionada su autoridad), que parece juzgar a las personas desde la distancia (con gran lucidez, eso sí). En cambio, Jung se nos presenta como alguien de una posición económica más desahogada (que, de manera muy sutil, es mostrado como objeto de cierta envidia por parte de Freud), de una moral tan rígida como hipócrita, emocionalmente inestable, sin poder estar a la altura de los ideales que dice proclamar. Un tercer siquiatra, Otto Gross, tan lúcido como neurótico (tal vez, ambas cosas estén relacionadas), es por otra parte alguien que pretende no tener ningún tipo de restricción moral en aras del placer (una liberación de lo que señala precisamente freud, el deseo sexual reprimido como germen de la neurosis), una especie de Sade que influye en cierta manera en Jung. Son temas apasionantes, y no voy a insistir mucho más en la película, la cual tiene algunos elementos que me parecen inverosímiles. No obstante, recomiendo el último trabajo de Cronenberg, director de filmografía apasionante, que escarba siempre en aspectos oscuros e inquietantes del ser humano cuestionando siempre qué es eso que denominamos identidad.
No me considero, ni mucho menos, un gran conocedor del sicoanálisis, y en realidad me ha producido cierta aversión como terapia. Lo de escarbar en el pasado e insistir con tanta vehemencia en los "deseos inconscientes" se me ha antojado siempre muy antipático. En mi caso, nunca he tenido necesidad de tal cosa y mi voluntad siempre ha estado dirigida a tratar de estimular mi intelecto y de cambiar mi realidad (claro, que se me dirá que lo que desconozco es lo que estimula a mi voluntad). Sea como fuere, en mi opinión hay que reconocer a pesar de todo la importancia del sicoanálisis y no creo que sea justo etiquetarlo simplemente como seudociencia. Como he dicho en alguna ocasión, me quedo con la crítica que Fromm realiza a Freud, aun aceptando sus contribuciones, y a su perspectiva burguesa, simplificadora y universalista. Bertrand Russell, que criticó algunos aspectos exagerados e incluso absurdos en el sicoanálisis, reconoció que había aportado cosas verdaderas y valiosas. Es un hecho que la vida emocional es muy importante, y toda educación científica tiene que reconocerlo. Por otra parte, el propio Freud acabo ampliando su teoría sicoanalítica teniendo en cuenta otros fenómenos culturales.
En cuanto a Jung, el cual abandonó la teoría sicoanalítica por su reduccionismo sexual y puede decirse que fundó su propia escuela, trató de investigar la psique como un todo que comprende la conciencia y lo inconsciente. Reconoce cuatro funciones en la psique, sensación, sentimiento, intuición y pensamiento, y el predominio de cualquiera de ellas da lugar a un determinado tipo sicológico. Estos tipos son en realidad "ideales" que no se manifiestan de manera pura en la realidad. Otro aspecto que la diferenciará de Freud es su visión del inconsciente, que Jung observa como algo positivo fuente de fuerza y sabiduría, y no como algo oscuro e instintivo que intenta desequilibrar a nuestro yo racional. El inconsciente en Freud lo componen los recuerdos personales de la infancia, pero Jung considera que está cargado nada menos que de material atávico. Estas formas primitivas de conducta son los conocidos arquetipos junguianos, los cuales (presuntamente) impulsan y condicionan nuestras acciones. Ese inconsciente que se alimenta de toda suerte de mitos atávicos y religiones ancestrales parece producto de la creencia y el misticismo. En la película de Cronenberg se subraya su origen ario, frente a un Freud que deseaba ver la teoría sicoanalítica expandida más allá de los círculos judíos, perspectiva que vería finalmente frustrada por su ruptura con Jung. En otra secuencia del film, Jung tiene sueños plagados de cadáveres, otro apunte que parece adelantar la llegada del nazismo y que se muestra como otro enigma más en una historia protagonizada por el contenido o los deseos del inconsciente.
No me considero, ni mucho menos, un gran conocedor del sicoanálisis, y en realidad me ha producido cierta aversión como terapia. Lo de escarbar en el pasado e insistir con tanta vehemencia en los "deseos inconscientes" se me ha antojado siempre muy antipático. En mi caso, nunca he tenido necesidad de tal cosa y mi voluntad siempre ha estado dirigida a tratar de estimular mi intelecto y de cambiar mi realidad (claro, que se me dirá que lo que desconozco es lo que estimula a mi voluntad). Sea como fuere, en mi opinión hay que reconocer a pesar de todo la importancia del sicoanálisis y no creo que sea justo etiquetarlo simplemente como seudociencia. Como he dicho en alguna ocasión, me quedo con la crítica que Fromm realiza a Freud, aun aceptando sus contribuciones, y a su perspectiva burguesa, simplificadora y universalista. Bertrand Russell, que criticó algunos aspectos exagerados e incluso absurdos en el sicoanálisis, reconoció que había aportado cosas verdaderas y valiosas. Es un hecho que la vida emocional es muy importante, y toda educación científica tiene que reconocerlo. Por otra parte, el propio Freud acabo ampliando su teoría sicoanalítica teniendo en cuenta otros fenómenos culturales.
En cuanto a Jung, el cual abandonó la teoría sicoanalítica por su reduccionismo sexual y puede decirse que fundó su propia escuela, trató de investigar la psique como un todo que comprende la conciencia y lo inconsciente. Reconoce cuatro funciones en la psique, sensación, sentimiento, intuición y pensamiento, y el predominio de cualquiera de ellas da lugar a un determinado tipo sicológico. Estos tipos son en realidad "ideales" que no se manifiestan de manera pura en la realidad. Otro aspecto que la diferenciará de Freud es su visión del inconsciente, que Jung observa como algo positivo fuente de fuerza y sabiduría, y no como algo oscuro e instintivo que intenta desequilibrar a nuestro yo racional. El inconsciente en Freud lo componen los recuerdos personales de la infancia, pero Jung considera que está cargado nada menos que de material atávico. Estas formas primitivas de conducta son los conocidos arquetipos junguianos, los cuales (presuntamente) impulsan y condicionan nuestras acciones. Ese inconsciente que se alimenta de toda suerte de mitos atávicos y religiones ancestrales parece producto de la creencia y el misticismo. En la película de Cronenberg se subraya su origen ario, frente a un Freud que deseaba ver la teoría sicoanalítica expandida más allá de los círculos judíos, perspectiva que vería finalmente frustrada por su ruptura con Jung. En otra secuencia del film, Jung tiene sueños plagados de cadáveres, otro apunte que parece adelantar la llegada del nazismo y que se muestra como otro enigma más en una historia protagonizada por el contenido o los deseos del inconsciente.
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