jueves, 12 de enero de 2012

La polémica neodarwinista

Antes de continuar con otros autores divergentes del neodarwinismo, habría que aclarar la ambigüedad y diversas interpretaciones que supone tal término. Es así de tal manera, que otro importante científico considerado evolucionista, como es Stephen Jay Gould, ha tenido considerables disensiones con Dawkins. Una de las polémicas ha estado, precisamente, en el devastador ataque que realiza Dawkins a la idea de Dios, ya que Gould parece considerar algo en lo que la ciencia no debe meterse (en su obra Rocas de la Eternidad, Gould quiere separar los magisterios de la religión de los de la ciencia, algo muy rechazable). El escepticismo (científico o del tipo que fuere) es aplicable, tanto a la idea de Dios como a la brillante analogía que sugirió Russell con su tetera (o a la divertida, e igualmente ridícula, concepción del Monstruo Espagueti Volador). La concepción de Dios no está fuera de la ciencia, ni de ningún ámbito humano, y cada uno es muy libre de criticarla, junto a señalar lo perniciosa que resulta si así lo considera, desde la perspectiva que sea. Hablando ya de cuestiones netamente científicas, Gould desarrolló la teoría del "equilibrio punteado" (los cambios evolutivos se alterna con periodos de estabilidad), algo que parece que no fue acogido como novedoso por todos los expertos, o su teoría de la exaptación, según la cual la estructura de algunos organismos acaban teniendo consecuencias secundarias diferentes a las de su origen adaptativo mediante la "selección natural" (un ejemplo serían algunas funciones superiores del cerebro humano). Así, Gould quería oponerse a la disciplina llamada sociobiología (el estudio de las bases biológicas de los comportamientos sociales), a la sicología evolucionista (según la cual la sicología y la conducta de humanos y primates pueden ser entendidas al conocer su historia evolutiva) y al determinismo genético. Parece que a Dawkins se le encuadra como defensor de esas disciplinas que parecen sugerir un determinismo biológico; al margen de que sea cierta tal cosa, esa visión es a todas luces rechazable (sin ánimo de ser riguroso, egoísmo o cooperación parecen ser rasgos inherentes, que se convierten en probabilidades sociales según el contexto). Insistiré en que las cosas que he leído de Dawkins no me llevan a considerarlo un científico rígido, o dogmático del darwinismo de forma paradójica, como dicen sus detractores. Si así fuera, por supuesto, me uno a las críticas, aunque siempre con el deseo de indagar para tratar de buscar unas bases sólidas para cada teoría.


Vemos ahora a autores claramente contrarios a Dawkins a y lo que se denomina "reduccionismo genético". Brian Goodwin (1931-2009) era matemático, además de biólogo, y utilizó otras disciplinas (la física, junto a las matemáticas) para comprender los procesos biológicos. Fue uno de las mayores defensores de la biología explicada desde la perspectiva de los sistemas complejos; esto es, un sistema compuesto por diversas partes interconectadas, cuyos vinculos proporcionan información adicional. Lo que Goodwin sostenía es que un embrión no puede ser únicamente producto de determinaciones genéticas, por lo que se esforzará en estudiar los diferentes sistemas de desarrollo para demostrar la existencia de regularidades comunes entre ellos. En definitiva, frente a los que tratan de estudiar el todo mediante las partes (como es el caso de los genes), la visión de Goodwin es de carácter holista, ya que se observa el todo en función de las partes para descubrir propiedades que de otro modo sería imposible. Este autor ha sido el que ha acusado claramente a Dawkins de ser una especie de iluminado (la frase exacta que empleó fue "…para él Darwin fue una revelación", tal vez para tratar de criticarle donde más puede dolerle, dado su ateísmo y rechazo de la religión). Tal y como señaló un compañero hace tiempo interviniendo en este blog, Goodwin realiza una analogía entre la teoría neodarwinista, de Dawkins y la teología cristiana. Siempre según las palabras de Goodwin, la visión de Dawkis se resume en los cuatro puntos siguientes: (1) Los organismos están constituidos por grupos de genes, cuya meta es dejar más copias de sí mismos; (2) de aquí surge la metáfora de que el material hereditario es básicamente egoísta; (3) este egoísmo intrínseco del material genético se manifiesta en interacciones competitivas entre los organismos, que se traducen en la supervivencia de las variantes mejor adaptadas generadas por los genes de más éxito; (4) después se llega a un punto en el que los organismos están constantemente intentando mejorar, adecuarse, y -haciendo uso de una metáfora geométrica- siempre escalando picos dentro de relieves adaptativos(...). Ahora veamos, también con palabras de Goodwin, la visión análoga juedocristiana: (1) La humanidad ha nacido en pecado; (2) tenemos un legado egoísta; (3) la humanidad está por lo tanto condenada a una vida de conflicto y fatiga perpetua; (4) pero existe la salvación. De ese modo, trata de señalarse a Darwin (y supongo que a Dawkins) como portadores de una nueva religión influenciada por el contexto cultural en que se han formado.

Lo que creo que demuestra tanta polémica sobre el darwinismo, neodarwinismo o evolucionismo es que, además de que sea obvio que las teorías de Darwin tenían multitud de fisuras, no todo está resuelto sobre la ciencia. Lo que ayer podían parecer dogmas (palabra odiosa), mañana puede demostrarse como equivocado. Un científico puede ser todo lo rígido y dogmático que quiera, pero sus teorías pueden ser echadas por el suelo gracias a la evidencia de argumentos y hechos basados en el método adecuado. A mi corto entender científico, la teoría de la evolución de Darwin ("esa peligrosa idea", en palabras de Daniel Dennet), a pesar de los comprensibles fallos o carencias que pudo tener, fue uno de los grandes avances en el pensamiento y en la ciencia, y cambió la concepción que se tenía del mundo. Por supuesto, la evolución no es una religión (con sus revelaciones inamovibles) ni una forma de vida, y difícil es que así alguien se lo tome (como sugiere Goodwin que Dawkins desea). Tal y como yo lo entiendo, los dominios de la ciencia y los de la religión (como en cualquier otro campo de actuación del ser humano) están estrechamente relacionados, y siempre tendrán las de perder los obtusos y rígidos de pensamiento. La evolución, por supuesto, debe producirse también en la existencia humana, tanto individual como social.

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