Existe un decálogo sobre las manipulaciones del poder y sus medios, atribuido a Chomsky, aunque no estoy seguro que sea de él (hoy en día, Internet difunde falacias con tremenda facilidad). En cualquier caso, y por mucho que detestemos a priori los decálogos, lo importante es profundizar en las cosas, por lo que echemos un vistazo a cada uno de sus puntos. No hay ánimo alguno de ser fiel a su desarrollo y añadiremos algunas cosas de cosecha propia.
1.La estrategia de la distracción o, lo que es lo mismo, desviar la atención del público de los problemas realmente importantes. En la actualidad, las nuevas tecnologías hacen sencillo inundar al gran público de informaciones diversas, así como de toda suerte de distracciones. Los cambios que deciden las élites políticas y económicas, donde se encuentra la raíz de los problemas, permanecen debidamente ocultos.Todo tipo de información banal o distorsionada, eventos deportivos, análisis políticos tremendamente superfluos y maniqueos...; en suma, cualquier cosa que impida profundizar en los problemas y desarrollar una conciencia en las personas, mientras se insiste en una visión superficial y sesgada que conduce a que, incluso los trabajadores y las clases humildes (más adelante, veremos otro concepto muy interesante como es el de la "indefensión aprendida"), den su apoyo a las oligarquías y a gobiernos de todo pelaje.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones, algo que también se ha denominado "problema-reacción-solución"; el poder crea un problema, una "situación" con la que se quiere causar cierta reacción en el público y de esa manera la gente será la que demande las medidas pertinentes previstas por los de arriba. Existen muy evidentes ejemplos de este punto en el sistema educativo, como es el desmantelamiento de la educación pública, la imposición de un modelo educativo autoritario o la distribución clasista y desigual de los recursos. Es obvio que se deja que se degrade la educación pública para que se demande una mejor gestión en otros centros educativos, mientras que lo que se busca es primar el beneficio económico por encima de la calidad en la educación. Hay que señalar que el análisis presente en estos puntos está muy vinculado a otros anteriores, como es el caso de la ilusión en la "libertad de elección" (inherente a las sociedades liberal-capitalistas).
3. La estrategia de la gradualidad, según la cual se aplica de manera dosificada una medida para que se acabe aceptando una medida que debería resultar inaceptable. El neoliberalismo lleva actuando desde hace décadas imponiendo privatizaciones, precariedad, flexibilidad laboral, salarios inaceptables... Gobiernos socialdemócratas, conservadores, o del pelaje que sean, han participado en esta situación, algo que no hay que olvidar (podemos llamarlo conciencia histórica) para no entrar en maniqueísmos ni en visiones infantiles que conducen a que la gente considere posible una solución milagrosa (paradójica e inaceptablemente, por parte de los mismos que nos causan los problemas). Gran parte de la sociedad ha acabado aceptando situaciones que, con seguridad, se remontan al menos a acuerdos de la llamada Transición democrática con actores de diversas condición.
4. La estrategia de diferir, que busca aceptar una decisión impopular presentándola como "dolorosa y necesaria" y trasladándola al futuro. Obviamente, es más fácil aceptar un sacrificio lejano en el tiempo que uno inmediato, también porque se crea la falsa ilusión de que tal vez todo irá mejor en ese futuro y tal vez se acaba evitando el esfuerzo. Se trata claramente de una estrategia para ir preparando al público para que acabe aceptando lo peor. Huelga decir que otra las despreciables características de las sociedades modernas es la búsqueda de la inmediatez, algo que ayuda a que este punto se desarrolle.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. En esto han insistido siempre los anarquistas, ya que consideran que ser gobernado es, de alguna manera, ser tratado como un crío. En este caso, hay que verlo como una estrategia en la que la propaganda o publicidad del poder usa discursos, argumentos y entonaciones abierta o sutilmente pueriles dirigidos a personas inmaduras o mentalmente deficientes para acabar creando individuos con esas características. Es otro punto que hay que ver vinculado a otros factores, sicológicos y sociales, ya que la excesiva tutela (o apariencia de tutela) acaba conduciendo a un debilitamiento del ánimo y del intelecto.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Otro punto tremendamente interesante que arroja luz sobre las capacidades racionales del ser humano. La constante apelación a las emociones, en lugar de a la reflexión, lleva a ocasionar un cortocircuito en el análisis racional y a acabar neutralizando el sentido crítico de las personas. Se habla también del inconsciente en este aspecto, ya que el registro emocional permite abrir en él la puerta para terminar implantando determinadas ideas, miedos, temores e incluso comportamientos.
7. Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad. Se crea la ilusión en las personas de que deben ser gobernados, ya que esa tara está solo al alcance de unos pocos. Este punto se desarrolla en los diferentes niveles de una sociedad, cuando se desea que el público desconozca los métodos con los que son controlados, hoy eficazmente sutiles. Vemos que aquellas personas que logran escapar a esa situación, y se rebelan contra lo intolerable, sí son víctimas tantas veces de métodos de represión más expeditivos.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Hay quien definía este punto como inducir al público la idea de que ser vulgar está de moda, así como admirar a gente que no tiene talento alguno; es un punto interesante de una sociedad mediática y consumista, aunque la situación parece más compleja. Hay que decir que el poder necesita de gente ignorante, tal y como se veía en el punto anterior, sin inquietud alguna ni ganas de desarrollar ningún talento, por lo que esta situación es más bien consecuencia de un determinado tipo de sociedad (inconsciente, consumista y con una afán hedonista de bajo nivel). La educación es algo en lo que siempre insisten los que quieren construir una sociedad más libre, justa e inteligente, y es una formación que debería durar toda la vida de un individuo. Seres adecuadamente ignorantes (no se habla necesariamente de analfabetismo, sino de falta de conocimiento primordial y, especialmente, de conciencia) e infantiles (dependientes) son fácilmente manipulables, aunque afortunadamente las respuestas a esa situación son cada vez mayores. En lugar de ser complaciente con la mediocridad y la estupidez, habría que recordar que el ser humano, cada uno de ellos, merece más respeto que todo eso.
9. Reforzar la autoculpabilidad manteniendo en el individuo la idea de que solo él es culpable de sus infortunios debido a su falta de esfuerzo, inteligencia o capacidad. Es una situación en la que tiene mucho que ver la atomización individual propia del capitalismo, en la que la libertad se produce solo como hecho aislado. No es de extrañar el éxito en los últimos años de superficiales libros de autoayuda, plagados de filosofía de baja intensidad, ya que gran parte de los individuos interiorizan que la salvación está únicamente en uno mismo y son incapaces de rebelarse contra el sistema político y económico. Como esa fantasía no está al alcance de la mayoría, se acaban produciendo estados depresivos, cuyo más visible efecto es que el individuo no actúe en ninguna dirección.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que estos se conocen a sí mismos. De nuevo topamos con una brecha entre las élites de los que dirigen el mundo y las personas de a pie, a nivel de conocimientos. Se dice que en los últimos 50 años ha habido avances científicos acelerados que han contribuidos a hacer esa brecha aún mayor. Los conocimientos en biología, neurobiología y en psicología aplicada han llevado a que el sistema conozca mejor al ser humano que él mismo. Esta situación, supuestamente, ha llevado a que en gran parte de las situaciones el sistema ejerza un control y un poder sobre los individuos mayor que el que ellos mismos ejercen sobre sí mismos. Es posible que, sin ánimo de contribuir a paranoia alguna, visto lo visto, esta explicación se quede incluso corta.
1.La estrategia de la distracción o, lo que es lo mismo, desviar la atención del público de los problemas realmente importantes. En la actualidad, las nuevas tecnologías hacen sencillo inundar al gran público de informaciones diversas, así como de toda suerte de distracciones. Los cambios que deciden las élites políticas y económicas, donde se encuentra la raíz de los problemas, permanecen debidamente ocultos.Todo tipo de información banal o distorsionada, eventos deportivos, análisis políticos tremendamente superfluos y maniqueos...; en suma, cualquier cosa que impida profundizar en los problemas y desarrollar una conciencia en las personas, mientras se insiste en una visión superficial y sesgada que conduce a que, incluso los trabajadores y las clases humildes (más adelante, veremos otro concepto muy interesante como es el de la "indefensión aprendida"), den su apoyo a las oligarquías y a gobiernos de todo pelaje.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones, algo que también se ha denominado "problema-reacción-solución"; el poder crea un problema, una "situación" con la que se quiere causar cierta reacción en el público y de esa manera la gente será la que demande las medidas pertinentes previstas por los de arriba. Existen muy evidentes ejemplos de este punto en el sistema educativo, como es el desmantelamiento de la educación pública, la imposición de un modelo educativo autoritario o la distribución clasista y desigual de los recursos. Es obvio que se deja que se degrade la educación pública para que se demande una mejor gestión en otros centros educativos, mientras que lo que se busca es primar el beneficio económico por encima de la calidad en la educación. Hay que señalar que el análisis presente en estos puntos está muy vinculado a otros anteriores, como es el caso de la ilusión en la "libertad de elección" (inherente a las sociedades liberal-capitalistas).
3. La estrategia de la gradualidad, según la cual se aplica de manera dosificada una medida para que se acabe aceptando una medida que debería resultar inaceptable. El neoliberalismo lleva actuando desde hace décadas imponiendo privatizaciones, precariedad, flexibilidad laboral, salarios inaceptables... Gobiernos socialdemócratas, conservadores, o del pelaje que sean, han participado en esta situación, algo que no hay que olvidar (podemos llamarlo conciencia histórica) para no entrar en maniqueísmos ni en visiones infantiles que conducen a que la gente considere posible una solución milagrosa (paradójica e inaceptablemente, por parte de los mismos que nos causan los problemas). Gran parte de la sociedad ha acabado aceptando situaciones que, con seguridad, se remontan al menos a acuerdos de la llamada Transición democrática con actores de diversas condición.
4. La estrategia de diferir, que busca aceptar una decisión impopular presentándola como "dolorosa y necesaria" y trasladándola al futuro. Obviamente, es más fácil aceptar un sacrificio lejano en el tiempo que uno inmediato, también porque se crea la falsa ilusión de que tal vez todo irá mejor en ese futuro y tal vez se acaba evitando el esfuerzo. Se trata claramente de una estrategia para ir preparando al público para que acabe aceptando lo peor. Huelga decir que otra las despreciables características de las sociedades modernas es la búsqueda de la inmediatez, algo que ayuda a que este punto se desarrolle.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. En esto han insistido siempre los anarquistas, ya que consideran que ser gobernado es, de alguna manera, ser tratado como un crío. En este caso, hay que verlo como una estrategia en la que la propaganda o publicidad del poder usa discursos, argumentos y entonaciones abierta o sutilmente pueriles dirigidos a personas inmaduras o mentalmente deficientes para acabar creando individuos con esas características. Es otro punto que hay que ver vinculado a otros factores, sicológicos y sociales, ya que la excesiva tutela (o apariencia de tutela) acaba conduciendo a un debilitamiento del ánimo y del intelecto.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Otro punto tremendamente interesante que arroja luz sobre las capacidades racionales del ser humano. La constante apelación a las emociones, en lugar de a la reflexión, lleva a ocasionar un cortocircuito en el análisis racional y a acabar neutralizando el sentido crítico de las personas. Se habla también del inconsciente en este aspecto, ya que el registro emocional permite abrir en él la puerta para terminar implantando determinadas ideas, miedos, temores e incluso comportamientos.
7. Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad. Se crea la ilusión en las personas de que deben ser gobernados, ya que esa tara está solo al alcance de unos pocos. Este punto se desarrolla en los diferentes niveles de una sociedad, cuando se desea que el público desconozca los métodos con los que son controlados, hoy eficazmente sutiles. Vemos que aquellas personas que logran escapar a esa situación, y se rebelan contra lo intolerable, sí son víctimas tantas veces de métodos de represión más expeditivos.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Hay quien definía este punto como inducir al público la idea de que ser vulgar está de moda, así como admirar a gente que no tiene talento alguno; es un punto interesante de una sociedad mediática y consumista, aunque la situación parece más compleja. Hay que decir que el poder necesita de gente ignorante, tal y como se veía en el punto anterior, sin inquietud alguna ni ganas de desarrollar ningún talento, por lo que esta situación es más bien consecuencia de un determinado tipo de sociedad (inconsciente, consumista y con una afán hedonista de bajo nivel). La educación es algo en lo que siempre insisten los que quieren construir una sociedad más libre, justa e inteligente, y es una formación que debería durar toda la vida de un individuo. Seres adecuadamente ignorantes (no se habla necesariamente de analfabetismo, sino de falta de conocimiento primordial y, especialmente, de conciencia) e infantiles (dependientes) son fácilmente manipulables, aunque afortunadamente las respuestas a esa situación son cada vez mayores. En lugar de ser complaciente con la mediocridad y la estupidez, habría que recordar que el ser humano, cada uno de ellos, merece más respeto que todo eso.
9. Reforzar la autoculpabilidad manteniendo en el individuo la idea de que solo él es culpable de sus infortunios debido a su falta de esfuerzo, inteligencia o capacidad. Es una situación en la que tiene mucho que ver la atomización individual propia del capitalismo, en la que la libertad se produce solo como hecho aislado. No es de extrañar el éxito en los últimos años de superficiales libros de autoayuda, plagados de filosofía de baja intensidad, ya que gran parte de los individuos interiorizan que la salvación está únicamente en uno mismo y son incapaces de rebelarse contra el sistema político y económico. Como esa fantasía no está al alcance de la mayoría, se acaban produciendo estados depresivos, cuyo más visible efecto es que el individuo no actúe en ninguna dirección.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que estos se conocen a sí mismos. De nuevo topamos con una brecha entre las élites de los que dirigen el mundo y las personas de a pie, a nivel de conocimientos. Se dice que en los últimos 50 años ha habido avances científicos acelerados que han contribuidos a hacer esa brecha aún mayor. Los conocimientos en biología, neurobiología y en psicología aplicada han llevado a que el sistema conozca mejor al ser humano que él mismo. Esta situación, supuestamente, ha llevado a que en gran parte de las situaciones el sistema ejerza un control y un poder sobre los individuos mayor que el que ellos mismos ejercen sobre sí mismos. Es posible que, sin ánimo de contribuir a paranoia alguna, visto lo visto, esta explicación se quede incluso corta.
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