domingo, 3 de febrero de 2013

Bitácora de la utopía

Bitácora de la utopía: Anarquismo para el siglo XXI es una obra de gran popularidad, cuyo primer borrador empezó a circular en internet en el año 2000, escrita por Nelson Méndez y Alfredo Vallota, pero con posteriores revisiones fruto también de la colaboración de los lectores, y editada en varios países latinoamericanos. La primera reflexión presente en el libro, de forma obligada, es sobre el convulso siglo XX; una centuria en la que, junto a los más increíbles adelantos técnicos y científicos, se producen los hechos más aberrantes en la historia de la humanidad. La respuesta pasa, necesariamente, por el análisis de la organización social y política; la institución jerárquica y centralizada, el Estado en cualquiera de sus formas, incluso la revolucionaria, no ha dado respuesta a las necesidades y aspiraciones del ser humano y ha conducido a dos grandes guerras, a interminables conflictos y al empobrecimiento de grandes capas de la sociedad. Hoy, cuando el sistema capitalista se encuentra en una nueva crisis, gran parte de las personas parecen seguir confiando en la estructura estatal y, de manera consecuente, en nuevos partidos políticos (que reproducen siempre la organización jerárquica y se adecúan a los estrechos márgenes de lo establecido) que conduzcan las cosas a buen puerto; la solución solo pasa por la crítica radical al Estado y a su modo de organización extendido a otras instancias, como la empresa, la institución religiosa, la familia o la propiaa educación. La jerarquización social y política ha coartado siempre el desarrollo pleno de la humanidad, cuyo máximo ideal solo puede alcanzarse en un contexto de libertad e igualdad con el paradigma de la solidaridad por encima de cualquier otro. Con la perspectiva de siglo y medio, desde el momento en que fueron impulsadas las ideas anarquistas en Europa, Méndez y Vallota reflexionan sobre su historia y su actualidad; si el Estado ha conocido diversas formas desde hace siglos, el anarquismo también necesita su tiempo para conformarse, ninguna organización ni pensamiento nacen de una manera estática para siempre.

Si entendemos que la utopía es una necesaria compañera de la razón y de las aspiraciones humanas, Bitácora... es una buena oportunidad para emprender nuevos caminos en pos de la mejor organización social. Tal y como los mismos autores manifiestan, "el anarquismo exige de sus expositores afrontar el reto de reconstruirlo continuamente y estar prestos a adecuarlo a las cambiantes circunstancias humanas"; sin embargo, y como es lógico, existe siempre una conexión con el pasado, por lo que resulta necesaria la mirada al mismo a modo de aprendizaje. Es tal vez un lugar común decir simplemente que el anarquismo es la corriente política sobre la que más desinformación e injurias se han producido, por lo que nos esforzamos además en repasar la riqueza de pensamiento y de praxis en las ideas libertarias. Es por eso que Méndez y Vallota realizan ese análisis del pasado y constatan sin ningún ánimo de idealización: "La historia muestra como en los últimos 150 años el anarquismo ha sido el movimiento que con mayor pasión y solidez argumentativa se ha opuesto a los privilegios de los poderosos y a la degradación de la condición humana de millones de personas derivada de esos privilegios, sin hacer la menor concesión amparada en alguna circunstancia particular ni justificando de ninguna manera la más mínima debilidad a favor de cualquier estructura de autoridad jerárquica". Acabar con las innumerables falacias, interesadamente atribuidas, parece un deber para todo anarquista con el objetivo de que cualquier persona se acerque con la mente abierta y sin prejuicios al pensamiento libertario y a sus planteamientos radicales; es más, es precisamente "esa actitud de tender a la autonomía, de abandonar todo supuesto, prejuicio, opinión preconcebida, autoridad, revelación o reconocimiento a la primacía de vanguardias iluminadoras" lo que confirma en primer lugar, al menos en el aspecto intelectual, al anarquismo. Volvemos de nuevo a un planteamiento anterior, y es la cuestión de cómo es posible que haya personas que, después de innumerables normativas, intromisiones y abusos de poder (la corrupción existe siempre, de forma evidente o no), se siga confiando de nuevo en el aparato estatal y en la labor mesiánica de un (¿nuevo?) partido político; recordaremos también el fracaso de un planteamiento socialista a través del Estado en cualquiera de sus formas, democrática o totalitaria, y la subordinación del liberalismo a una organización económica igualmente jerarquizada y tremendamente desigualitaria.
¿Qué es el Anarquismo (también llamado Socialismo Libertario o Acracia)? Es una filosofía social, centrada en un enfoque que concibe a la libertad e igualdad plenas - ejercidas en un contexto de solidaridad - como condiciones indispensables para el progreso humano en lo individual y lo colectivo. Esta filosofía ha sido expresión ideológica y política asumida por diversos grupos sociales e individualidades en distintas coyunturas socio-históricas de todo el planeta, particularmente desde mediados del S. XIX a la actualidad.
Es una definición, corta y adecuada, con la que podemos estar muy de acuerdo. La expresión "socialismo libertario" produce alguna que otra objeción, pero solo es una cuestión de matices, ya que el término socialismo parece demasiado pervertido por lo actividad política del pasado siglo. Por otra parte, muchas personas en la actualidad, provenientes de otros corrientes y aparentemente desencantadas de ciertas prácticas, gustan de adoptar esa etiqueta de "socialista libertario", tal vez para eludir cualquier referencia ácrata; nada que objetar, siempre que adopten un horizonte antiautoritario amplio y no terminen por caer en los mismos errores estatales del pasado. En Bitácora de la utopía se hace un repaso a nivel social, histórico y antropológico de la posibilidad de una sociedad libertaria descartándose la crítica, tan habitual como poco consistente, de observar el anarquismo simplemente como un bello ideal o una quimera intelectual. Precisamente, el movimiento anarquista nace y se desarrolla de modo práctica, por las necesidades de la gente oprimida, y es en sus propuestas donde se confirma ese pragmatismo activo basado en la discusión y en el consenso. Esta obra es, por un lado, una perfecta introducción al anarquismo para aquellos profanos que deseen liberarse de ideas preconcebidas y, por otro, una reflexión libertaria sobre su vigencia que deberíamos adoptar como permanente.
DEFINICIONES FUNDAMENTALES DEL ANARQUISMO
- Justificación de la utopía racional y posible de un orden social autogestionario, con democracia directa, sin burocracia autoritaria ni jerarquías permanentes.
- Cuestionamiento radical al Estado, por ser la expresión máxima de concentración autoritaria del poder; crítica a la delegación de poder en instituciones fijas y sobre-impuestas a la sociedad.
- Llamada a un cambio revolucionario -producto de la acción directa consciente y organizada de las mayorías- que conduzca a la desaparición inmediata del Estado, reemplazado por una organización social federal de base local.
- Defensa del internacionalismo e impugnación al concepto de “patria”, en tanto se ligue a la justificación del Estado-nación. 
Bitácora de la utopía: Anarquismo para el siglo XX: obra online y PDF para descargar

 Otros enlaces relacionados:
Entrevista a Alfredo Vallota en El libertario.
Entrevista a Nelson Méndez en Portal Libertario Oaca.
"Utopía colectiva y autonomía individual: la perspectiva anarquista de la autogestión", de Nelson Méndez y Alfredo Vallota; artículo publicado en el número 2 de Germinal. Revista de Estudios Libertarios.
"Reflexiones anarquistas", de Alfredo D. Vallota; artículo publicado en el número 3 de Germinal. Revista de Estudios Libertarios.
"El trabajo: una idea-fuerza debilitada", de Alfredo D. Vallota; artículo publicado en el número 7 de Germinal. Revista de Estudios Libertarios.



1 comentario:

Loam dijo...

"...el anarquismo es la corriente política sobre la que más desinformación e injurias se han producido..."

Sin ánimo de celebrarlo, ni mucho menos, podríamos ver en ello su aspecto positivo: "Ladran, luego cabalgamos".

Salud!