lunes, 2 de julio de 2007

Muertos vivientes muy familiares

Creo que toda la crítica ha coincidido en alabar la película del canario Juan Carlos Fresnadillo, secuela de "28 días después", y que parece que está respondiendo también con el público. Me alegro por ello y estoy de acuerdo en que se trata de un estimulante film que no desmerece del original dirigido por el interesante e irregular Danny Boyle.

Ni soy un aficionado al terror ni al subgénero del gore (de hecho, me llega a irritar el exceso de violencia y/o morbo), pero sí me gustan las películas de Romero (desconozco si hay algún otro autor recuperable entre sus imitadores inmediatos) y sus visiones irónicas sobre la condición humana (aunque él haya sido un pertinaz negador de tal cosa, está claro que utiliza el género hábilmente para construir una especie de fábulas sociales muy estimulantes).
Ese subgénero de muertos vivientes (o similares, como los infectados por un virus de este caso) se ha resucitado en los últimos años de manera afortunada ("Amanecer de los muertos", remake de la segunda película de Romero y cuyo concepción del muerto viviente variaba un poco ya que, al igual que en las películas de Boyle y Fresnadillo, corren que se las pelan ; la divertida "Shaun of the dead", cuyo titulo remeda el de las anteriores y que aquí se llamó estúpidamente "Zombies party"; o la propia "28 días después", título con el que algunos críticos consideran que Boyle llevo la cosa a su terreno "autoral" -y que yo no sé qué diablos quieren decir, ni me importa-).
Si la película fundacional de Boyle la considero brillante, con algunas secuencias memorables y con una visión de la condición humana más bien agridulce, su secuela no desmerece en absoluto; desde un primer momento, se nos muestra que la narración va a estar alejada de heroicidades hueras y más bien se pretende explorar las miserias y debilidades humanas (con el protagonismo de una familia disfuncional -que gustan de decir ahora-) que dan más miedo que los propios "monstruos", la cosa se emparenta con la visión antimilitarista de su predecesora (de manera aún más relista si cabe) y se distancia de ella en su últimos momentos nada complacientes.

"Intacto" fue una película bien dirigida cuya historia apenas perduraba en la memoria; esta segunda película de Juan Carlos Fresnadillo confirma su talento como director y esperemos que siga apostando por buenas historias de género fantástico. Es de agradecer.

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