lunes, 12 de mayo de 2008

El utopista Fourier y la exhaltación de las pasiones

Fourier tenía, al menos, dos cosas en común con Proudhon: ambos nacieron en Besançon y fueron autodidactas; donde sí se distanció el "socialista utópico" del "protoanarquista" fue en su predicamenteo del amor libre. Fourier especuló y fantaseó enormemente acerca de la Naturaleza y sobre la historia de la sociedad humana; tenía una concepción benévola de la existencia y consideraba que los hombres no habían seguido las leyes naturales (establecidas por la Providencia, consideraba que la naturaleza humana era inmutable, pervertida por una sociedad inadecuada). La consecuencia de ello, y ahí encontramos uno de los puntos más interesantes de este concienzudo pensador, ha sido la represión de las pasiones, de la libertad y de la personalidad. Las soluciones "utópicas" del bueno de Fourier sí pueden ser objetos de nuestra más feroz disidencia, aunque nada desdeñable resulta su aportación a la historia de la filosofía política y del socialismo (el apelativo de "utópico" lo establecería Marx, al llegar con él la verdad del "socialismo científico"). Fourier propuso una sociedad constituida por grupos no muy numerosos (la obsesión de este hombre por la precisión matemática hizo que considerara un número de la falange entre 1.500 y 1.600 personas e incluso una determinada superficie para su comunidad con determinadas condiciones naturales), el llamado "falansterio", donde los individuos desarrollarían al máximo sus capacidades y lograrían la felicidad, sin que se eliminara del todo la discordia que debería servir de equilibrio en el grupo. Uno de los aspectos que más atrajeron a posteriores libertarios como Kropotkin o William Morris fue la cuestión educativa pensada por Fourier, en la que se pretendía guiar a los chavales de manera no coercitiva en buenos hábitos y actitud social para hacer, de manera espontánea y gozando en la acción, tanto lo que demandaban sus propios deseos como el bien social. Empresa complicada que merece por sí sola una lectura de las obras de este buen hombre. Su análisis de la alienación en el trabajo, tal vez uno de las primeros que se hicieron, y su concepción de la ejecución laboral como algo agradable también merece una amplia revisión. En 1969 volvió a aparecer, gracias a jovenes revolucionarios "situacionistas", sobre el pedestal vacío de la parisina plaza de Clichy una estatua de Charles Fourier, ausente durante años y desalojada inmediatamente por las autoridades. Poco después de aquello, Savater diría que el gran utopista era el inspirador directo, tras años de falta de vigencia, de algunas de las formas de pensamiento más críticas en Europa y en Estados Unidos. Para comprender aquel fenómeno era necesario volver a esa sociedad deseable, imaginada por Fourier, que consideraba que el trabajo por sí solo no acabaría con la miseria., fundada en la exhaltación de las pasiones (y no solo en un mejor reparto de la producción). Fourier consieraba que la verdadera riqueza estaba constituida por las pasiones, y en la nueva sociedad debían multiplicarse y combinarse, presumió de haber descubierto las "leyes de la atracción" del ser humano, donde las pasiones no son meramente productivas sino la base del sistema societario. Era una crítica demoledora a las teorías morales y políticas anteriores, considerando por ejemplo que las condenas a la homosexualidad o a las llamadas "perversiones" sexuales se habían producido por ser improductivas estas formas de sexualidad. Fueron descubrimientos sicoanalíticos, en aras de transformar la sociedad no solo a nivel económico, de primer orden. El anarquismo pretende una revolución para transformar también la vida, la cotidianidad, alcanzar la plenitud, y gran parte del legado de Fourier (con esta teoría de la represión de las pasiones a la cabeza, pero siendo muy críticos con su afán calculador) no es en absoluto desdeñable. La adhesión que produjo en los estudiantes del Mayo del 68, conscientes de que las revoluciones inspiradas en el socialismo científico prometían poco y otorgaban menos, no es casualidad.

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