jueves, 11 de septiembre de 2008

11 de septiembre

Hoy es 11 de septiembre. Recuerdo una fecha como hoy, hace 7 años, en la que bastantes personas, no voy a decir que se alegraron, pero sí vieron normal que, después de tanto tiempo de promover golpes de Estado para colocar gobiernos en la orbita de sus intereses, de intervenciones bélicas e ingerencias externas de todo tipo para salvaguardar el sistema capitalista, los Estados Unidos de América fueran atacados en su propio territorio provocando la muerte de miles de personas. Hoy, hay quien recuerda otro 11 de septiembre traumático, el del golpe de Estado en Chile. Salvador Allende, como muestra de un socialismo democrático y de rostro humano, es otro de los mitos en que insiste continuamente cierta izquierda. Hay que recordar, en primer lugar, y estoy de acuerdo en que hoy es un día estupendo para ello, la quiebra que ha supuesto para la construcción de un socialismo en libertad el levantamiento armado de la reacción y la constante conspiración de la potencia norteamericana como máxima representante del capitalismo (intereses maquillados dialécticamente como "defensa de las libertades", entre las cuales la única intocable para ellos es la de la propiedad). Recuerdo un documental en que un fanático aseguraba que Pinochet fue el primero que dio un mazazo al muro del comunismo ("mérito" que antes se atribuyeron otros, como el dictador Francisco Franco) y, seguramente, el general y dictador chileno estaba seguro de estar combatiendo la expansión del comunismo. Esa visión simplista de la izquierda la tenía también Franco, reducida al término "rojos", el cual no distinguía entre comunistas, socialistas, anarquistas o, incluso, republicanos de cualquier índole (sería mejor referirnos al poder de la clase trabajadora). Insisto, buen momento este 11 de septiembre para recordar esto. Ahora, la cuestión es si el mito Salvador Allende, otra cosa es la realidad histórica que supuso, actúa a favor de una auténtica alternativa socialista, que para mí tiene que ser indisociable de la libertad (es por eso que lo llamaré "socialismo libertario"). Lo que quiero decir es que el socialismo de Estado ha demostrado ser una catástrofe (demasiados países lo acreditan, no uno ni dos) y su alternativa social-demócrata no es más que otra cara del capitalismo (cuyos crímenes son los mismos, aunque disfrutemos en el mundo desarrollado de ciertas garantías sociales). Allende era tal vez un hombre honesto y parece que sus logros sociales fueron notables, pero no sé si hubiera sido posible una auténtica transformación socialista en un mundo con dos potencias con afán imperialista y se hubiera dejado seducir, una vez más en la historia, por la "voluntad de poder". Un socialismo compatible con la libertad hubiera supuesto dejar los medios de producción en manos de los trabajadores y una progresiva desestatalización. La existencia de un tutor anarquista, cuando Allende tenía una corta edad, que le influyó notablemente en largas conversaciones sobre la lucha social, contribuye algo más a la idealización del personaje. Tal vez Allende recibió de aquel viejo zapatero cierto legado humanista y revolucionario que le hizo confiar en otra vía para el socialismo. O tal vez constituye una parte importante del mito.

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