Hace unos días, un diario generalista (Público, para más señas) publicó un artículo sobre Proudhon, a propósito del segundo centenario de su nacimiento. Reivindicaba el texto a un autor al que puede llamarse socialista que, sin embargo, creyó en un mercado y un "banco para el pueblo" sostenedores de una economía mutualista que propiciara la emancipación económica para los trabajadores. La conocida frase "la propiedad es un robo", tantas veces utilizada de manera equivocada y peyorativa por liberales y neoliberales, alude exclusivamente a aquella propiedad que no deriva del trabajo propio, es decir a los medios de producción. No puede decirse que le faltara razón, por muchas críticas que se le quieran hacer al socialismo, al autor de ¿Que es la propiedad? Puede afirmarse casi con seguridad que fue Proudhon el primero en utilizar de manera positiva el término "anarquía", es evidentemente una figura fundamental en el protoanarquismo y forma parte por derecho propio de cualquier enciclopedia dedicada al pensamiento. Ya he hablado en otras ocasiones del principio federativo, fundamental para la organización social, otro elemento reivindicable en este hombre. El pensamiento de Proudhon y el anarquismo en general, a pesar del ocultamiento o desdén que sufren por parte de los oficialismos de diversa índole, tienen mucho que decir para un futuro sociopolítico que debiera pasar por la crítica estatal y por la autogestión social y económica.
Frente a la dialéctica que Marx tomara de Hegel para llevarla al terreno social y económico, Proudhon (más o menos conocedor de la filosofía alemana, no estoy seguro de ello) propuso la alternativa de la antinomia (que también he visto nombrada como "dialéctica serial"), que consiste en un sistema de fuerzas en permanente tensión y contradicción en busca de un equilibrio. No hay, pues, para Proudhon síntesis alguna frente a la tesis y a la antítesis, no se llegaría a ninguna perfección (una especie de rechazo del utopismo), ya que la sociedad necesita un constante movimiento (hay que buscar los orígenes de esta teoría en Heráclito, un filósofo presocrático). Sería un cambio continuo en el que cabe el progreso (otra crítica que los diversos interpretadores de Marx han hecho a la filosofía proudhoniana de "equilibrio de fuerzas"), tomando siempre como factores primordiales la independencia y la libertad. Frente a los que consideran que Marx anuló con su fortaleza filosófica (que, en culquier caso, es de una rigidez cuestionable en muchos aspectos) al bueno de Proudhon, yo reivindicaría su pensamiento, original, propiciador de la pluralidad, de un eclecticismo bien entendido y enemigo en cualquier caso de cualquier absolutismo.
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