jueves, 12 de marzo de 2009

Marx y Proudhon

Voy a comentar, sin entrar demasiado en detalles, algo de los antecedentes del enfrentamiento entre Marx y Proudhon (de sus visiones filosofícas y sociopolíticas, que es lo que verdaderamente interesa). El primer encuentro entre los dos autores se produjo en París en 1844, el alemán tenía 25 años y el francés 35 y, a partir de entonces, parece ser que los encuentros fueron frecuentes, durante al menos un año. Marx declararía en alguna ocasión, con cierta suficiencia, que si Proudhon conoció el hegelianismo fue gracias a él y, aunque ello sea cierto, poco importa para conocer lo valioso del pensamiento de uno o de otro. Tanto Marx, como posteriores intérpretes de su doctrina (algo adoradores ciegos de la fortaleza teórica del alemán), hablarán con desdén de los intentos de Proudhon por partir de la dialéctica para elaborar un discurso filosófico propio (a mi modo de ver las cosas, lo consiguió). No hay que hacer, en primer lugar y para recuperar de manera limpia y honesta el pensamiento de determinados autores, excesivo caso a unas críticas marxistas que parecen muy parciales, reiterativas y, además, a las que la historia va colocando en su sitio. Parece ser que Proudhon, en la línea de la labor que haria posteriormente Bakunin, habia advertido a Marx sobre la intolerancia de sus postulados. Además, Proudhon elaboraria una obra, Filosofía de la miseria (1846), en la que tal vez se puede notar la influencia de Hegel y de Marx, pero con una asimilación libre de su pensamiento y estableciendo un discurso propio. Era tal vez demasiada independencia para el alemán, que no tardaría en escribir su respuesta, La miseria de la filosofía (1847), a la que también puede llamarse el anti-proudhon, en la que trata de demostrar que poco había entendido o quedado de la dialéctica en el francés. Insisto, las críticas de Marx, por muy brillante que fuera este hombre, pierde fuelle ante su partidismo y dogmatismo; asi lo dejan ver calificaciones totalmente inapropiadas a Proudhon de "utopista" o de "pequeño burgués", algo por otra parte habitual en Marx y en algunos marxistas, etiquetar a todo el que ose contradecirles. Cuando Proudhon se encuentra con Marx, no es ya un joven, habrá tenido múltiples influencias, como la del socialista utópico Fourier (es una pena que no le influyera más en cuestiones de moral sexual), gran amante de la dialéctica, y puede decirse que poseía el autor de ¿Qué es la propiedad? sus propias ideas, su propia concepción de la dialéctica. Partiendo de la lógica de Hegel (al que puede decirse que se opondrá posteriormente), elabora lo que se atreverá a denominar, como un filósofo con personalidad propia, teoría o dialéctica serial. Como ya apunté en la entrada anterior, Proudhon apuesta por un equiibrio de fuerzas antagónicas, sin que haya ningún principio superior que las sintetice, y se niega a aceptar el "absolutismo" de ningún elemento (también en el terreno social). El acercamiento a la verdad se produciría gracias al equilibrio, a una permanente tensión y contradicción. Indagaré más, bibiliografía existe al respecto, sobre este apasionante debate y lo valioso que resulta para estos tiempos tan difíciles para el pensamiento.

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