Los expertos aseguran que la denominación de pragmatismo, para la filosofía de William James, no es exclusiva y a veces emplean el nombre de "empirismo radical". En cualquier caso, se puede hablar de los siguientes rasgos en este pensamiento: antideterminismo, contingentismo, pluralismo y temporalismo. Hay que decir que, si bien James se inspiró claramente en Pierce, éste no estuvo de acuerdo siempre con el desarrollo que se hizo de su filosofía y prefirió emplear el nombre de "pragmaticismo" para su propia teoría. Una de las primeras definiciones de pragmatismo que elaboró James, con intenciones más amplias que en el pensamiento de Pierce, fue la siguiente: "la prueba última de lo que significa una verdad es, sin duda, la conducta que dicta o que inspira. Pero inspira semejante conducta porque ante todo predice alguna orientación particular de nuestra experiencia que extraerá de nosotros tal conducta". Con su filosofía deductiva y empírica, de método análogo al usado por la ciencia naturales, James se enfrentó a los métodos absolutistas y aprioristas de inspiración hegeliana. La verdad no sería algo rígido y establecido para siempre, sino que puede cambiar e incluso crecer; una proposición sería verdadera si funciona, lo cual nos permite orientarnos en la realidad y llevarnos de una experiencia a otra.
"Las verdaderas ideas son las que podemos asimilar, validar, corroborar y comprobar", dijo James, por lo que se entiende que la verdad no es algo que una idea posea de forma permante, más bien es algo que acontece a una idea, "lo que pude llegar a ser verdadero". Por otro lado, James también insistió en que una proposición solo es aceptable si posee un valor para la vida concreta: "la verdad es el nombre de cualquier cosa que pruebe ser verdadera en cuanto a la creencia, y también buena por razones definidas y bien precisables". Tratando de sintetizar estas maneras de concebir la verdad en el pragmatismo, puede concebirse la verdad como algo "abierto", en constante "movimiento", no sería algo "hecho" o "dado", sino algo que se hace dentro de una totalidad que, a su vez, se mantiene también en proceso de hacerse constantemente. Para James, el mundo es "experiencia pura", no un mundo de principios racionales ni de "datos" organizados por "categorías" a priori o definitivamente fijadas. La pura experiencia sería una continuidad en permanente cambio, en la cual se articulan el sujeto y el objeto (partes del mismo "continuo de experiencia"). Como bien insiste James en sus conferencias, las cuales componen la obra El pragmatismo, su filosofía empírica es radicalmente opuesta al racionalismo, el cual destaca la importancia de los universales y considera que los todos son anteriores a las partes (tanto en cuestiones lógicas como ontológicas). El empirismo de James, por el contrario, destaca "el carácter explicativo de la parte, del elemento, del individuo, y trata el conjunto como una colección y el universal como una abstracción".
Por lo tanto, opuesta tanto al rígido y compacto monismo de tantos autores racionalistas como al dualismo de los espiritualistas, la filosofía de James es eminentemente pluralista. Las cosas estarían una "con" otra de muy diversos modos, pero "nada incluye todas las cosas o predomina sobre todas las cosas". Puede decirse que cada cosa está "abierta" a las demás, relacionada de forma externa y combinadas de muy distintas maneras ("experimentables" y, de alguna manera, "imprevisibles"), sin que esté ligada a ellas por factores internos. Como queda claro, es un pensamiento contrario a todo determinismo e, incluso, al realismo como concepción del universo como una realidad única y compacta. James escribió del siguiente modo, de forma vehemente en contestación a sus críticos: "El mundo del pluralismo es vulnerable, de manera que sus partidarios están sometidos en cierto grado a la inseguridad. Incapaces de soportar esta tensión interior, las 'almas enfermas' se refugian en el dogmatismo y en el absolutismo; en cambio, el pragmatismo o pluralismo que yo defiendo, acepta hasta cierto punto a vivir sin seguridades ni garantías". James afirmó que, lo que hoy podemos creer, la verdad que supuestamente hemos alcanzado, mañana deberemos ponerla en duda y aceptarla como error. Es una continua mirada hacia adelante, la negación de quedarse anclados en supuestas verdades eternas.
El deseo de conocimiento absoluto queda reemplazado en el pensamiento de James por la indagación y la experimentación, y el descubrimiento de la verdad por la confianza en un mundo edificado continuamente mediante conexiones parciales. Borges alabaría la superioridad ética del pragmatismo, frente a su aparente inferioridad estética al lado de otras filosofías. Si los valores empiristas y científicos se imponen a la superstición y a la intransigencia, James afirmó siempre que detrás de toda teoria científica debería siempre existir una intención de volver inteligible el mundo, el sentimiento de racionalidad. Las emociones se encuentran detrás de la vida práctica y moral, pero también ayudan a las certezas de la vida intelectual.
"Las verdaderas ideas son las que podemos asimilar, validar, corroborar y comprobar", dijo James, por lo que se entiende que la verdad no es algo que una idea posea de forma permante, más bien es algo que acontece a una idea, "lo que pude llegar a ser verdadero". Por otro lado, James también insistió en que una proposición solo es aceptable si posee un valor para la vida concreta: "la verdad es el nombre de cualquier cosa que pruebe ser verdadera en cuanto a la creencia, y también buena por razones definidas y bien precisables". Tratando de sintetizar estas maneras de concebir la verdad en el pragmatismo, puede concebirse la verdad como algo "abierto", en constante "movimiento", no sería algo "hecho" o "dado", sino algo que se hace dentro de una totalidad que, a su vez, se mantiene también en proceso de hacerse constantemente. Para James, el mundo es "experiencia pura", no un mundo de principios racionales ni de "datos" organizados por "categorías" a priori o definitivamente fijadas. La pura experiencia sería una continuidad en permanente cambio, en la cual se articulan el sujeto y el objeto (partes del mismo "continuo de experiencia"). Como bien insiste James en sus conferencias, las cuales componen la obra El pragmatismo, su filosofía empírica es radicalmente opuesta al racionalismo, el cual destaca la importancia de los universales y considera que los todos son anteriores a las partes (tanto en cuestiones lógicas como ontológicas). El empirismo de James, por el contrario, destaca "el carácter explicativo de la parte, del elemento, del individuo, y trata el conjunto como una colección y el universal como una abstracción".
Por lo tanto, opuesta tanto al rígido y compacto monismo de tantos autores racionalistas como al dualismo de los espiritualistas, la filosofía de James es eminentemente pluralista. Las cosas estarían una "con" otra de muy diversos modos, pero "nada incluye todas las cosas o predomina sobre todas las cosas". Puede decirse que cada cosa está "abierta" a las demás, relacionada de forma externa y combinadas de muy distintas maneras ("experimentables" y, de alguna manera, "imprevisibles"), sin que esté ligada a ellas por factores internos. Como queda claro, es un pensamiento contrario a todo determinismo e, incluso, al realismo como concepción del universo como una realidad única y compacta. James escribió del siguiente modo, de forma vehemente en contestación a sus críticos: "El mundo del pluralismo es vulnerable, de manera que sus partidarios están sometidos en cierto grado a la inseguridad. Incapaces de soportar esta tensión interior, las 'almas enfermas' se refugian en el dogmatismo y en el absolutismo; en cambio, el pragmatismo o pluralismo que yo defiendo, acepta hasta cierto punto a vivir sin seguridades ni garantías". James afirmó que, lo que hoy podemos creer, la verdad que supuestamente hemos alcanzado, mañana deberemos ponerla en duda y aceptarla como error. Es una continua mirada hacia adelante, la negación de quedarse anclados en supuestas verdades eternas.
El deseo de conocimiento absoluto queda reemplazado en el pensamiento de James por la indagación y la experimentación, y el descubrimiento de la verdad por la confianza en un mundo edificado continuamente mediante conexiones parciales. Borges alabaría la superioridad ética del pragmatismo, frente a su aparente inferioridad estética al lado de otras filosofías. Si los valores empiristas y científicos se imponen a la superstición y a la intransigencia, James afirmó siempre que detrás de toda teoria científica debería siempre existir una intención de volver inteligible el mundo, el sentimiento de racionalidad. Las emociones se encuentran detrás de la vida práctica y moral, pero también ayudan a las certezas de la vida intelectual.
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