martes, 19 de noviembre de 2013

Escalada de criminalización al anarquismo

Ante la reiterada información que se está publicando en la prensa generalista sobre personas y supuestas organizaciones anarquistas, sin ningún respeto por la presunción de inocencia y vertiendo datos privados sobre los detenidos, no podemos más que denunciar lo que no es más que una evidente estrategia criminalizadora del Estado en connivencia esta vez con el llamado cuarto poder.

Una de las grandes diferencias entre gobiernos, y lo digo con cierto conocimiento de causa, ya que no soy nada amigo de conspiranoias, es que cuando gobierna en España el PP (es decir, la derecha más dura), la represión se incrementa. Los herederos políticos del criminal franquismo tienen muy aprendida la lección: si no existe el terrorismo, lo inventamos. La gran pena es el triste y manipulador eco mediático que esas estrategias hayan en la prensa, incluso en la (supuestamente) progresista; un reciente titular de El País llegaba a afirmar que el terrorismo anarquista copia a Al Qaeda. Todo esto en un clima político y social en el que las criminales reformas labores se juntan ahora con criminales reformas penales; de esa manera, quieren endurecerse condenas, hasta extremos de prisión a perpetuidad, y algunas formas de protestas pueden convertirse en delitos penables como son los escraches o algunos otros tipos de manifestaciones.

El movimiento libertario es el que más énfasis en denunciar los desmanes del poder político y económico, en pretender en suma que las personas sean capaces de gestionar su propia vida; el espíritu presente en los movimientos sociales de nuevo cuño era claramente libertario, estuviera presente o no la marca ácrata. La clase dirigente ha tomado buena nota en los últimos años y, con el silencio o la connivencia de ciertos partidos (supuestamente) progresistas, y con el apoyo inestimable de los medios generalistas, inicia unas campañas de criminalización que, a estas alturas con tantos problemas sociale y con tanta desvergüenza por parte de los que detentan el poder, son poco menos que irrisorias. Es indignante que estos medios, sean del pelaje que sean, hayan publicado fotos, nombres y apellidos, de personas anarquistas detenidas por supuestos atentados; como ya se ha publicado en diversos medios alternativos, ni siquiera se molestan en disimular su fraudulento Estado de derecho ni en respetar la presunción de inocencia. Han llegado a insistir en un extenso historial delictivo, de alguno de los detenidos, para al final de texto aclarar que fue finalmente absuelto en todos los casos. Anarquismo sigue yendo, inevitablemente, de la mano con la violencia para los que detentan el poder; así pretenden que cale en el imaginario popular.

Las afirmaciones que se han vertido en la prensa son, a poco que se tenga un poquito de espíritu crítico, ridículas. Afirmaciones de que se han producido ya varios atentados a lo largo del año inequívocamente anarquistas, y que incluso la escala terrorista va a ir en aumento; ahora resulta, tal y como hemos apuntado anteriormente, que el "terrorismo" ácrata ha copiado al islamista (recordemos las veces que se ha insistido en que Al Qaeda es una red descentralizada). ¿Para reír o llorar? Cuestionables organizaciones de nombres imposibles, como Federación Anarquista Informal, Frente Revolucionario Internacional o Comando Mateo Morral; alguien debería informar a los que realizan estos montajes que es necesario conocer un poquito el anarquismo antes de emplear según qué términos. Por supuesto, la prensa ha argumentado "excelentemente" la naturaleza ácrata de estas organizaciones; "carentes de estructuras jerarquizadas y organizadas (muy anarquistas)" (sic). Ambigua información en la que se deja claro que estos grupos son muy difíciles de perseguir policialmente; a pesar de ello, se detiene a unas cuantas personas y se aclara que coinciden con el etéreo perfil anteriormente descrito. Como ya hemos dicho, el comportamiento que está teniendo la prensa generalista, sujeta a demasiados intereses y con escasos escrúpulos, está siendo auténticamente vergonzoso en su nada disimulado papel criminalizador.

Nos esforzaremos en insistir en que no hay nada más alejado de la violencia que el anarquismo, que busca erradicarla en lo político y hacerla innecesaria en lo social y cultural. Podemos publicar todos los días, en cualquier medio, alguna actividad culturalmente constructiva que llevan a cabo los anarquistas. Si, todavía, alguien se pregunta quién ha puesto artefactos explosivos en la Basílica del Pilar de Zaragoza o en la Iglesia de la Almudena de Madrid, yo no lo sé. Solo sé que los anarquistas no hacen esas cosas.

2 comentarios:

KRATES dijo...

Completamente de acuerdo con el final. Esta gentuza de EL PAÍS no hacen más que distorsionar la realidad y crear otra. Siguen haciendo lo mismo, como durante los años de la nefasta 'Transición', mentir, y nada más que verter mierda sobre el movimiento libertario.

KRATES dijo...

Por lo menos, ayer han publicado en el mismísimo EL PAÍS una carta de alguién que critica la postura de este periódico respecto al anarquismo:

EL ANARQUISMO, CRIMINALIZADO

Soy lector de EL PAÍS porque tiene a gala informar con rigor. Lamento que no sea así cuando del anarquismo se trata. El pasado día 17 publicó un artículo titulado El terrorismo ácrata copia a Al Qaeda, que criminaliza, publicando sus nombres y fotos, a dos supuestos terroristas anarquistas chilenos, aunque el propio periodista reconozca que «fueron absueltos en su país... (y por tanto nada se les puede achacar)». Además, basándose en una única fuente policial, compara estos grupos con Al Qaeda.

En contra de lo publicado, la violencia anarquista no ha copiado a Al Qaeda en su «forma de actuar y organizarse», puesto que no atenta contra personas, sino contra bienes materiales, y su «organización no tradicional» en grupos de afinidad (que no en «células terroristas»), bajo la «franquicia FAI / FRI», es la históricamente utilizada por la Federación Anarquista Ibérica (FAI) desde 1927. Mucho antes de que naciera Al Qaeda.

Como libertario rechazo una violencia que, más pronto que tarde, produce víctimas; aunque hasta ahora las únicas hayan sido dos activistas a los que estalló su bomba en Chile. Kropotkin, padre de la moral anarquista, decía que para usar la violencia hay que conquistar el derecho a usarla. De no ser así, la consideraba un hecho brutal e inútil.

Demando que ni vanguardias iluminadas ni periodistas usen el nombre del anarquismo en vano.

Juan Luis González López
Madrid
25 NOV. 2013