sábado, 28 de noviembre de 2015

El movimiento anarquista hoy: organizaciones específicas y anarcosindicalistas

Queremos, en esta y en sucesivas entradas, valorar lo que es el anarquismo en el siglo XXI, sin entrar en una valoración categórica de sus pros y de sus contras y sin apostar de modo definitivo sobre un determinado paradigma organizativo; para ello, podemos dividir las organizaciones, colectivos y proyectos, entre los directamente influenciados por el "anarquismo clásico" y los que podemos considerar más en una línea neoanarquista o posmoderna (sin gustarnos estas etiquetas, ya que son reduccionistas, son simplemente para comprender ciertas tendencias).

Este artículo pretende lanzar unas cuantas reflexiones sobre lo que es el anarquismo hoy, para nada juzgar si uno u otro paradigma organizativo, o actitud individual, es el más adecuado o eficaz para llevar a cabo la muy deseable transformación de la sociedad. Desgraciadamente, es una tendencia muy humana considerar que las ideas y actitudes propias son las correctas, y que únicamente el resto de la humanidad tiene que llegar a semejante punto de lucidez para que las cosas mejoren o, ya en el colmo del paroxismo, para que la sociedad sea definitivamente perfecta. Esto último, ni es lógicamente posible, ni deseable a mi modo de ver las cosas. Algunas personas de las organizaciones libertarias, como es natural, tampoco escapan siempre a estas tendencias que conducen no pocas veces al simple y mero aislamiento; sin embargo, uno de los motivos por el que me considero anarquista es precisamente porque no existen razones absolutas, ni verdades definitivas que no haya que verificar constantemente con la realidad (y la realidad es demasiado tozuda a veces yendo por vericuetos que no nos gustan nada, pero que tampoco nos pueden ser ajenos).
 Hace poco, comentaba con unos amigos que el entusiasmo libertario nos empuja muy a menudo a considerar que el movimiento anarquista se encuentra en "permanente auge". Así es, el anarquismo florece, en mayor o en menor medida cuantitativa (seamos realistas), en forma de numerosos grupos y proyectos. Veamos, grosso modo, cuáles son esos paradigmas organizativos bien entrado el siglo XXI. Siendo cautos en nuestras afirmaciones, y dejando una mayor profundidad para una historia profunda del anarquismo, que algún día realizaremos, puede considerarse que existe un moderno punto de inflexión a partir de los años 60 del siglo XX (mayo del 68 es un evento importante para las ideas anarquistas y su reactualización).

Desde entonces, las organizaciones clásicas persisten como el caso de las denominadas "específicas de síntesis", que se federan a nivel internacional en la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas). Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ya hubo intentos de una organización internacional estable, en el contexto de la represión de ambos bloques de la Guerra Fría, produciéndose la reactivación en el congreso de Londres de 1958. Será precisamente en 1968, en Carrara (en la región italiana de Toscana) donde nacerá la IFA. Esta organización se reafirma en la base ideológica de los pensadores clásicos (Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Rocker…), confirmadas en las experiencias revolucionarias  (Comuna de París, Revolución rusa, Revolución española…) y consideradas válidas para aquel momento; los principios de la IFA serán, fundamentalmente, la negación de la autoridad (de todo tipo de poder), de la jerarquía, de las leyes jurídicas y la confirmación de los valores sustentados en: libertad, igualdad, solidaridad, justicia social, pacto libre, libre iniciativa, ateísmo, antimilitarismo, internacionalismo, descentralización, autonomía, federalismo, autogestión y comunismo libertario (Documentos de la Internacional de Federaciones Anarquistas). En España y Portugal, la organización integrante de la IFA es la Federación Anarquista Ibérica, uno de cuyos órganos de expresión es la publicación Tierra y libertad, que aparece puntualmente todos los meses.

Otra organización clásica es la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo, afín a la FAI, que pertenece a su vez a la Asociación Internacional del Trabajo, creada en Berlin en 1923 como heredera de los postulados socialistas y libertarios de la Primera Internacional y como alternativa al autoritarismo de la tercera Internacional Comunista. La CNT no necesita presentación y en la actualidad se mantiene en sus convicciones de oposición a las elecciones sindicales y comités de empresa, apostando por la acción directa de los trabajadores para resolver los conflictos, con los valores libertarios semejantes a los de la FAI y con el objetivo final de la autogestión económica de la sociedad. Otra organización específica que ha resurgido en los últimos años es la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, creada en 1932 en pleno auge del movimiento anarquista en España.

Otra organización internacional, que cautamente también podemos denominar "específica", es Solidaridad Internacional Libertaria (SIL), creada por iniciativa de la española Confederación General del Trabajo en 2001; la CGT, como es sabido, fue una escisión de la CNT iniciada en los años de la Transición, que se reclama también anarcosindicalista, pero que sí participa en elecciones sindicales y en comités de empresa (con el objetivo de "vaciarles de contenido" y disolverlos finalmente). La CGT y la SIL son acusadas por las organizaciones "clásicas" (CNT-FAI, y sus respectivas organizaciones internacionales) de reformismo y no pocas veces se les coloca la etiqueta de "plataformismo".

No entraremos a valorar esa condición, solo recordaremos que la Plataforma (recibió el nombre de Archinov, uno de sus más conocidos propugnadores) nació a partir de las experiencias anarquistas en la Revolución rusa y dio lugar a un paradigma organizativo que apuesta por la unidad táctica y de acción dentro del anarquismo. Ya en su momento, creo un disputado debate con la fuerte oposición de Malatesta, que acusó a los plataformistas de estar muy influenciados por el éxito bolchevique y de poco menos que querer crear una organización jerarquizada a modo de un ejército o iglesia; las consecuencias, para Malatesta y muchos anarquistas, serían renunciar a las verdaderas convicciones libertarias y terminar conquistando el poder a modo de las tendencias socialistas autoritarias. De ahí que, también en no pocas ocasiones, se quiera ver a los plataformistas como una forma de "marxismo heterodoxo". No obstante, organizaciones que abiertamente se consideran herederas del plataformismo dentro del anarquismo existen en diversas países del mundo.

Hasta aquí, un somero repaso a los que son la organizaciones actuales directamente influenciadas por el "anarquismo clásico". En la próxima entrada, valoraremos otros paradigmas organizativos en el movimiento anarquista actual.

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