martes, 29 de abril de 2008

La plenitud individual y social

Mi manera de entender el anarquismo, y creo que ello se ajusta a la verdad histórica, es como un humanismo. En su afán por resultar la antítesis del Estado, las posibilidades se depositan en las plenas capacidades del ser humano. Después del fracaso del "socialismo real" y la insistencia actual en la necesidad de la libertad individual (insistencia fraudulenta, meramente retórica en una manera penosa de entender la política), es preciso insistir en la defensa que de ella ha realizado siempre el anarquismo y como no es posible su existencia para todos sin justicia social (es decir, igualitarismo, un concepto alejado, según mi modo de ver "lo libertario", de cualquier doctrina cientifica ni utopismos). Si nos remontamos a la raíz de la tradición libertaria, Godwin representa a un racionalismo extremo como forma de alcanzar la justica social, una confianza en la racionalidad ética que haría innecesarios al Estado y al gobierno. Si esos valores de la Ilustración han fracasado en su intento de emancipar a la humanidad, está por ver; pienso que es necesario una revisión vindicativa de una forma de entender el progreso donde un humanismo libertario actúe de contrapreso, frente a lo que se conoce como postmodernidad, donde los valores se diluyen y las ideas se van al carajo. Kropotkin dijo "todos los asuntos humanos deberán ser dirigidos por los individuos o las asociaciones voluntarias" y, aunque el príncipe ruso ideó el llamado comunismo libertario (no me gustán a mí, particularmente, los derivados de la palabra "comuna"), debemos subscribir tan sencillo planteamiento los que creemos en la autogestión social (los caminos para llegar a ella tal vez sean complejos, pero la cuestión es cuándo diablos vamos a ponernos en marcha). A pesar del desprestigio de la ideología liberal (y su asociación a la clase burguesa), me atrevo a reivindicar la coincidencia de postulados con el anarquismo, pero la confianza de éste en las posibilidades de potenciar la naturaleza solidaria y cooperativa del individuo le distancian de aquel, que cae en manos de un sistema económico jerarquizado y depredador que traiciona los supuestos ideales individualistas y de defensa de la libertad. El anarquismo confía en la razón política, reconociendo por supuesto a la persona individual, pero también sus posibilidades sociales y cooperativas (es difícil definir, todavía a estas alturas, qué es el ser humano, pero estaremos de acuerdo en que necesita vivir en sociedad y desarrollarse en ella sus facultades).

No hay comentarios: