martes, 2 de junio de 2009

El mutualismo de Proudhon

A propósito de la entrada anterior, sobre la paupérrima y distorsionada definición de anarquismo en Wikipedia, con el encuadre que se hace del mutualismo en un supuesto "anarquismo de mercado", apetece revisar el pensamiento económico de Proudhon. Puedo asegurar, casi sin temor, que la primera escuela anarquista fue mutalista y así se consideraban los proudhonianos de la I Internacional. Habitualmente, se suele hablar de tres grandes tendencias en el anarquismo moderno, la mutualista, la colectivista y la comunista. Del mismo modo, con la confianza en el progreso que han tenido los anarquistas, así como en la negación de todo posible estancamiento de las ideas, se ha visto siempre una superación de la concepción mutualista en la colectivista de Bakunin y, de ésta, en el comunismo libertario de Kropotkin. La confianza que tenía Bakunin, para asegurar la libertad y la motivación personal, de un tipo de retribución ("a cada cual según su esfuerzo") se quiso ver como una visión aún demasiado egoísta y tendría que venir Kropotkin, y su idea muy optimista de una economía comunista de la abundancia, para abrazar el "cada uno según su capacidad, a cada uno según su esfuerzo". Del mismo modo, el mutualismo proudhoniano se quiso ver rebasado por la consolidación de la Revolución Industrial, la definitiva desaparición del taller, el progresivo aumento de poder de las multinacionales, la propia evolución científica y técnica, y mucho otros factores que no existían en la época del pensador francés. No obstante, con la idea de progreso tan cuestionada en la posmodernidad (con bastante razón, en gran medida), con la propia idea anarquista de evolución a la que habría que situar sin dogmatismo en su justa medida y el aprendizaje que siempre puede tener la historia y sociedades del pasado (lo cual no es, de ninguna manera, ningún retorno idílico), puede que sea interesante buscar alternativa al capitalismo en lugares que no tienen que verse necesariamente como superados. El pensamiento de Proudhon reposaba en conceptos plenamente reivindicables: su planteamiento económico en la solidaridad y en la equidad, y su federalismo en una visión plural y universalista. Su idea mutualista, como la de toda corriente verdaderamente anarquista, se basaba en que el Estado debía verse substituido por un organización de individuos libres y libremente asociados, que concluirían entre ellos acuerdos voluntarios sobre una base de igualdad y reciprocidad. No todo mutualismo es estrictamente anarquista, pero no puede negarse su importancia en el desarrollo de las ideas anarquistas y se manifiesta de algún modo en la mayor parte de las propuestas libertarias. El sistema de Proudhon se proponía que el hombre no se subordinara al Estado, pero tampoco a la sociedad, y apostaba por un equilibrio de fuerzas libres con iguales derechos y obligaciones en el intercambio de servicios y productos, de ahí que tantas veces trate de etiquetarse al francés como liberal sin mencionarse que siempre quiso acabar con las clases y los privilegios. La idea del mutualismo, básandose en la pluralidad, debería garantizar la unidad social organizándose de abajo arriba. La mutualidad debe ser garante de la división de las propiedades, la participación de la tierra, independencia del trabajo, separación de industrias, especialidad de funciones, responsabilidad individual y colectiva, según se trabaje individualmente o en grupo, de la reducción en lo posible de los gastos generales, y de la eliminación del parasitismo y de la miseria; la aversión de Proudhon al comunismo, en cambio, le hacía verlo como jerarquía, indivisión, centralización, subordinación de voluntades, pérdida de fuerzas, burocracia, falta de productividad, aumento de los gastos y, por lo tanto, aumento del parasitismo y de la miseria. Frente a la unidad comunista tomada como dogma, pluralidad y autonomía de las diversas agrupaciones; su mutualismo puede decirse que es una búsqueda de equilibrio, concepto tan presente en todo su pensamientno, y una negación de una síntesis superadora que puede conducir a la dominación política o económica. El socialismo de Proudhon no se basa en la uniformización social, sino en una búsqueda de la unidad en la diversidad respetando la independencia en la cooperación de individualidades o grupos productores, y el único garante es el mutualismo. Por concretar algunas de las visiones prácticas de Proudhon, hay que decir que deseaba que los beneficios del capital, la plusvalía, fuera aminorada progresivamente en beneficio del precio real del trabajo. Era una visión reformista a la que habría que contextualizar en el tiempo y en la circunstancias vividos por el francés, pero a las que no habría que desdeñar fácilmente en favor de una revolución, colectivista o comunista o como se quiera denominar, utilizada tal vez como subterfugio, y como obstáculo incluso para realizar cosas, en tiempos poco o nada heroicos para el cambio social. En esta gran empresa que es la revisión de conceptos, ya de manera práctica o meramente lingüística, yo propondría dejar de adorar a términos "miticos" como revolución, opuestos a "reformismo" o "posibilismo", y empezar a levantar proyectos que supongan un ejemplo de cómo nos gustaría que fuera la sociedad en su conjunto.

1 comentario:

Pato dijo...

Hola J.F Paniagua! Muy bien escribes! Me gustó mucho el texto sobre el mutualismo de Proudhon. Muchas gracias! Me gustaría poder hablar contigo y discutir estos temas. Mi blog es quidfuitquidestquiderit.bolgspot.com y mi mail pato_rc7@hotmail.com