sábado, 28 de septiembre de 2024

La filosofía de Nietzsche y el anarquismo

La filosofía de Friedrich Nietzsche, tal vez por su modo aforístico de escritura, así como por su carácter poético y personal, ha sufrido múltiples interpretaciones. El autor alemán fue un devastador crítico de los valores de su tiempo, que veía encarnados en el cristianismo, pero también de forma políticamente más polémica en el socialismo y la democracia. Apostaba por una superación de dichos valores mediante un punto de vista más allá del bien y del mal, donde se manifestaría lo que denominaba la voluntad de vivir, vinculada también a la voluntad de poder, y se erigiría su concepto de superhombre, caracterizado por haberse desprendido de una cultura decadente, por renunciar a lo que el filósofo denominaba moral del esclavo (sentencia tan controvertida como la propia obra de Nietzsche) y hacer de su existencia un esfuerzo y una lucha. Como es natural, no han sido pocas las críticas que se han hecho, desde diversos puntos de vista, a estos conceptos nietzscheanos no siempre plasmados de forma claramente comprensible y dando lugar a un amplio margen de interpretación. Más adelante, volveremos a ellos y trataremos de dar algunos puntos de vistas libertarios. Además, se considera a este filósofo alemán como uno de los precursores de la posmodernidad, con su crítica a la confianza exacerbada en la razón y el progreso, así como a todas las promesas emancipatorias que la etapa moderna llevaba en su seno, por lo que aumenta todavía más el interés en la obra de Nietzsche.

sábado, 21 de septiembre de 2024

¿Cuál es la realidad de Venezuela?

Hace años, cuando se estaban produciendo numerosas manifestaciones ciudadanas en Venezuela junto a una intolerable represión estatal, mandé una carta a un conocido periódico izquierdista presumiblemente alternativo, en cuya cabecera rezaba la frase “actualidad crítica”, el cual estaba manteniendo un inquietante silencio sobre lo ocurrido en aquel país. No solo jamás publicaron mi texto, encabezado por la frase “¿Qué está ocurriendo en Venezuela”?, sino que sacaron enseguida otro con un título calcado en el que se hacía una pertinaz defensa del chavismo culpando, claro, de los disturbios a la derecha. Ya comenté en su momento la práctica imposibilidad del debate sobre la llamada revolución bolivariana, como todavía ocurría con la Cuba castrista décadas después de un régimen obviamente fracasado con una intolerable represión de las libertades, y que dicha polarización obligaba a sospechar de ambos lados a poco que se tuviera algo de espíritu crítico. Antes de ver lo que está ocurriendo este año 2024, para los que piensen en alguna verdadera transformación social en el régimen que una vez encabezó Hugo Chávez, remitiré al libro de Rafael Uzcátegui Venezuela: la revolución como espectáculo, subtitulado Una crítica anarquista al gobierno bolivariano. La hipótesis de aquel libro, publicado en 2010, era que la revolución bolivariana había devenido en, efectivamente, un espectáculo tal y como desarrolló Guy Debord dicho concepto, pero sin mejoras reales a nivel estructural en la vida cotidiana de la gente y con meros cambios de actores en las transacciones capitalistas (a pesar de llenarse la boca el chavismo de socialismo). Aquel libro, tal y como yo lo veo, y a pesar de la obvias dificultades de distribución, fue un punto importante en la siempre necesaria reflexión crítica, desde una perspectiva verdaderamente transformadora a nivel social, ante el silencio y mirada acrítica de gran parte de la izquierda internacional.

sábado, 7 de septiembre de 2024

La sociedad anarquista según Michael Taylor

¿Existe de verdad una alternativa anarquista? ¿Tenemos que decidir entre la dominación estatal y la desigualdad del capitalismo? En la práctica, la realidad es mucho más compleja, dándose en las sociedades modernas una mezcla de rasgos de mercado, estatales y auténticamente comunitarios. Michael Taylor nos recuerda que, no solo es deseable, sino posible, una sociedad sin poder político ni desigualdad económica; el concepto de comunidad, integrado por individuos mayoritariamente libres, conscientes y responsables, es plenamente identificable con el de la anarquía

Michael Taylor (1942-…), científico e investigador de teoría política y económica, considera que es posible un orden social sin Estado, con vínculos totalmente comunitarios. Un modelo social dinámico, opuesto a uno estático que considere que es necesaria una autoridad central para sostener el orden social, abre la posibilidad a la cooperación social, requisito indispensable para nuestra deseable sociedad anarquista. Taylor considera que existen tres soluciones para el problema del orden social de carácter externo (esto es, que afectan a lo interno, a las decisiones, preferencias y creencias de los integrantes de la sociedad): el Estado, que sería la solución centralizada por antonomasia; el mercado, que vendría a ser una presunta solución semidescentralizada, y por último la comunidad, que hace las veces de una solución externa descentralizada.

sábado, 10 de agosto de 2024

Magonismo, anarquismo en México

El magonismo es una corriente de pensamiento que se ha definido como indígena-libertaria, y que inició como su nombre indica Ricardo Flores Magón, la cual impulsa al pueblo mexicano a hacer la revolución social. El propio Flores Magón, nacido en 1874 en San Antonio de Eloxochitlán (Estado de Oaxaca, México), tenía un origen indígena y humilde; sigue sus estudios en México D.F., donde se iniciará en la política a través de la lucha contra el dictador Porfirio Díaz junto a sus hermanos Enrique y Jesús.

En 1900, Flores Magón crea el periódico Regeneración y será uno de los principales animadores de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. En 1904, se exilia a EE UU, sin que vuelva a pisar territorio mexicano; murió en circunstancias no aclaradas el 21 de noviembre de 1922 en el penal de Leavenworth (Kansas), en el que había sido recluido después de lanzar un manifiesto animando a la lucha a todos los anarquistas del mundo. El nacimiento del magonismo está determinado por dos factores: por el mencionado periódico Regeneración, a través del cual pudieron difundir sus ideas y establecer las praxis, y por el Partido Liberal Mexicano, nacido en 1905 y, a pesar de su nombre, inequívocamente anarquista. Puede decirse que las influencias del magonismo fueron principalmente tres corrientes: el liberalismo mexicano, el anarquismo europeo y la comunalidad indígena. Tal y como el propio Flores Magón señaló, en México vivían en aquel momento unos cuatro millones de indios, que unos años atrás se regían por el apoyo mutuo, no conocían autoridad alguna y tenían el derecho común a la tierra, al agua y, en general, todos los recursos naturales. Esas costumbres sencillas duraron hasta que la autoridad del Estado se hizo fuerte y se garantizaron los privilegios de la burguesía.

sábado, 20 de julio de 2024

Modernidad versus posmodernidad: la tensión anarquista

No resulta tan fácil, a pesar de lo que nos han enseñado, establecer los límites de las diferentes etapas históricas; una de las señas de identidad de la modernidad es el de la racionalidad científica y, aunque suele hablarse de su inicio en la Ilustración del siglo XVIII, ya empezó a forjarse en la Europa del siglo XV con el descubrimiento de la imprenta, de las artes navegatorias y del Nuevo Mundo[1]. La modernidad, y la racionalidad científica con la idea de la objetividad, resultan impensables sin la representación gracias al libro impreso; por lo tanto, la ideología moderna cree que es posible trasladar el plano de lo real al plano del conocimiento de forma fiel y fiable. Otros rasgos de la modernidad es la confianza exacerbada en la razón y el progreso[2], la pretensión universal de los valores, la autonomía del sujeto, un humanismo que considera existe cierta naturaleza humana o, muy importante para la construcción de la comunidad política, el surgimiento del individualismo (los vínculos sociales se fundamentarán ahora en los derechos e intereses de los individuos). La modernidad, no cabe duda, constituye un proceso secularizador con adelantos evidentes que apartan el oscurantismo religioso. Pero, con la anunciada muerte del concepto de Dios no se destruye el trono, valga la metáfora, y en él se acaban asentando otros principios absolutos: la Razón, la Verdad, los Valores… Valga esta última aseveración para abrir boca sobre la controversia establecida por la posmodernidad donde se vincula la modernidad con otra forma de absolutismo.

jueves, 27 de junio de 2024

La conciencia libertaria sobre el ser humano concreto

El capitalismo, (incuestionable para tantos), la sociedad de consumo (con su frívolo atractivo y sus vacuos valores) y la democracia representativa (con sus continuos e inefables salvadores) parecen haber seducido a la mayor parte de la sociedad. ¿Es posible una nueva conciencia libertaria y subvertir el estado de las cosas?

Los anarquistas insistimos, todo lo a menudo que podemos, en la libertad individual y en la emancipación social. Para ello, de forma no menos pertinaz, y teniendo en cuenta la profunda aversión que sentimos por todo tipo de tutela y de salvadores externos, hablamos de trabajar sobre la conciencia de las personas. Sin embargo, en gran parte de las personas no encontramos el menor indicio de esa nueva conciencia libertaria. No desesperemos, el ser humano es profundamente maleable y los paradigmas de comportamiento, influidos por la conciencia y por nuevos valores, cambiarán tarde o temprano (y trabajamos, aquí y ahora, para que sea a mejor). Hay quien dice que la sociedad posmoderna nos ha traído un individuo egoísta y atomizado, donde no hay apenas cabida para la conciencia comunitaria ni, paradójicamente, para una auténtica individualidad (que sería, no lo que nos aísla, sino lo que nos diferencia del otro). No olvidemos, al margen de disquisiciones filosóficas sobre la posmodernidad (que pueden ser más o menos interesantes), que el desarrollo de la modernidad va innegablemente unido al sistema económico y productivo del capitalismo. No sabemos con seguridad si todo está determinado por la economía, como aseguró Marx, pero sí que estamos gravemente condicionados por un sistema devastador y explotador (aunque haya seducido, en su noción de progreso a tantos seres humanos). Si el capitalismo lo impregna todo, no podemos dejar de mencionar los otros anatemas del anarquismo (con el Estado y la Iglesia, en cualquiera de sus formas, como sus grandes instituciones), que parecen gozar de cierta salud y condicionar igualmente la vida de las personas en un, más o menos perverso, engranaje social.

jueves, 6 de junio de 2024

Anarquismo es movimiento. Anarquismo, neoanarquismo y postanarquismo

Ya habíamos hablado en este blog del libro Anarquismo es movimiento, de Tomás Ibáñez, y recuperamos ahora la reseña tal y como se publicó en la revista Germinal. Revista de Estudios Libertarios núm.12.

Tomás Ibáñez es un viejo militante anarquista, cuyos inicios se remontan a los círculos estudiantiles en el exilio libertario en Francia. Ya jubilado, ha sido catedrático de Psicología Social en la Universidad Autónoma de Barcelona y es autor de varios libros sobre anarquismo y otras disciplinas del campo de humanidades. En la obra Anarquismo es movimiento, publicada por Virus, Ibáñez insiste en una visión postmoderna de las ideas libertarias que ya había mostrado en otros textos. Según esa visión, no existiría una esencia previa al ser humano correspondiente a la concepción anárquica. La posibilidad de una sociedad libertaria, al igual que la de su contraria, una sociedad autoritaria, serían contingentes; es decir, son el resultado de la actividad de los seres humanos, por lo que son posibles o no. La anarquía sería una construcción que surge del pensamiento anarquista y de los movimientos anarquistas.