lunes, 12 de noviembre de 2007

Memorias de Alexander Berkman


La imprescindible Editorial Melusina editó hace pocos meses el valioso libro de Berkman Memorias de una anarquista en prisión.
Berkman fue condenado a 22 años de prisión después de intentar asesinar a Henry Frick, propietario de la planta de acero de Homestead y responsable de la feroz represión que acabó con la vida de diez obreros. El planteamiento del lituano afincado en EE.UU. seguía el postulado del attentat, que pretendía despertar conciencias y provocar el cambio revolucionario.

Las instituciones peninteciarios resultan hoy, todavía, prácticamente incuestionables; las memorias del autor de El ABC del comunismo libertario (quizá, su obra más conocida) resultan de una impagable valía por doble motivo: por tratar de desvelar lo absurdo de las cárceles y por ser testimonio de una persona que, antes de su dolorosa experiencia carcelaria, tenía los habituales prejuicios sobre los delincuentes comunes, tildándolos de parásitos sociales. También tenía Berkman, de origen judío, una opinión peyorativa sobre la homosexualidad (prejuicios que formaban parte de la mayoría de los libertarios de la época), que igualmente se transformará al encontrar un amor forjado por las circunstancias.
Es quizá una de las diatribas más feroces contra el sistema carcelario de un país orgulloso de su tradición "democrática": brutalidad, injusticia, búsqueda de enfrentamiento y de delación entre los reos... y la solución libertaria de la solidaridad y apoyo mutuo como método de paliar todo aquello.

Una lectura de calidad, amena, recomendable a todas luces.

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