martes, 18 de diciembre de 2007

I Concilio Ateo en la ciudad de Toledo


En el documento de apertura del I Concilio Ateo, celebrado en la ciudad de Toledo en la antigua iglesia mudéjar de San Vicente los días 7, 8 y 9 de diciembre de 2007, se especifican las pretensiones de dicho encuentro basadas en una "estrategia que busca recuperar el sentido de la existencia humana mediante presupuestos ajenos al condicionamiento religioso"; para ello, el lenguje resulta una herramienta fundamental y se reivindica como "quizá la herencia más democrática y más liberadora". Son las palabras precisamente las que han sufrido una evidente apropiación por parte de los expertos en religión en un histórico robo gnoseológico (teoría del conocimiento). Así, continúa Francisco Miñarro (coordinador de la Federación Internacional de Ateos -FIdA-) en el documento, en ese proceso de liberación lingüística es la palabra Concilio la primera reivindicada en un ejercicio de "derecho a la justicia y a la compensación". Se declara desde el ateísmo un amor superlativo a la naturaleza, la vida y el conocimiento y una preocupación por el devenir histórico, así como se denuncia la constante intromisión religiosa en el espacio público y en la libertad individual. Tiene mucho valor la denuncia no solo de los viejos monoteísmos y otros credos históricos sino también de las incontrables nuevas formas de religiosidad que reproducen similares técnicas de dominación y control mental. El escenario del Concilio no es casual, se pretende desprender a Toledo de su condición institucional de "ciudad católica" y evidenciar el fundamentalismo de baja intensidad que subyace en la imperfecta democracia española. Se reivindican, actualizados, "los principios y contenidos de la Ilustración: la razón, las libertades, la autonomía del individuo, el hedonismo, la solidaridad y la justicia" como el contexto posible para una responsable praxis ética y política. Por lo tanto, el Concilio, por medio de la imaginación, la exigencia, el debate y el análisis, deja bien claro que el ateísmo es una herramienta imprescindible para la transformación social.
Hay que hablar del veto que sufrió el Concilio por parte del ayuntamiento de Toledo (gobernado por el PSOE e IU), ya que la fecha inicial estaba prevista para el mes de noviembre. La elección de la ciudad de Toledo se produjo por ser una ciudad emblemática en la historia de las religiones en España, por haber albergado a varias de ellas y sufrir sus habitantes la tiranía religiosa, y se pretende, por lo tanto, otorgarle un enfoque de ciudad moderna y libre, ajena a todo totalitarismo.. Finalmente, organizadores y asistentes se congratulaban del éxito obtenido, a pesar de las numerosas trabas y la oposición o ninguneo por parte de la mayoría de los medios. Se deja claro que el Concilio Ateo es un homenaje a la resiganción secular del pueblo toledano y se lamenta la distorsión de los hechos, en todo lo que atañe al Concilio, que han llevado a cabo ciertos sectores de la sociedad toledana y sus medios afines. Hay quien concluyó que el movimiento ateo es ya imparable y que la razón se impondrá finalmente frente al fanatismo.
Ofrecieron una conferencia el ex-diplomático Gonzalo Puente Ojea, sobre “el debate actual sobre el ateísmo”, especificó que la última encíclica del Papa es más de lo mismo en la doctrina católica, basada en una "filosofía esperancista" que no puede considerarse seria al tener sustentada su concepción del mundo en deseos; reivindicó el ateísmo, basado en lo real y en lo empírico y en la negación de lo sobrenatural. Otras conferencias fueron expuestas por: Chimo Fernández de Castro, "Desmitificando al Cristianismo"; Víctor Alarcón Viudes, "El cierre gnoseológico y el continuum en el cristianismo"; Juan Antonio Aguilera Mochón, "¿Es atea la ciencia?"; el filósofo Agustín Izquierdo Sánchez, sobre la relación entre “Fundamentalismo y filosofía”; la alemana Anita Werner, portavoz de la Alianza contre el Conformismo, que expuso una conferencia llamada "Nuevos ataques del oscurantismo contra los conocimientos de la biología"; Juan Francisco González Barón, "La Consideración política de la increencia"; Albert Riba, "El fundamento de los fundamentalismos"; Fernando Barredo de Valenzuela ("Loc"), "Lección magistral de antifundamentalismo"; el francés Jocelyn Bézecourt, responsable de la web Atheisme.org, "La nueva cruzada de la Iglesia católica y del Islam en la instancia política". El cierre del Concilio lo pusieron Leo Bassi, que representó una gran parte de su polémica obra La Revelación, y el fotógrafo José Antonio Moreno Montoya, que expuso una conferencia sobre la libertad de expresión y que se mostró contento con el desarrollo del acto a pesar no haber podido exhibirse finalmente su criticada serie Sanctorum.
La FIdA aseguró que habrá otros Concilios en diferentes escenarios y que esta primera edición servirá de catapulta para que la Federación tenga una continuidad en sus acciones.

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