lunes, 25 de febrero de 2008

Plumas y anarquía


El 23 de febrero tuvo lugar, en el Centro Cívico Las Sirenas de Sevilla, un homenaje al filósofo y activista gay Paco Vidarte, fallecido hace cosa de un mes. Los asistentes podíamos contemplar un bello diaporama, con imágenes de la vida y la obra de este irreductible "enemigo del imperio", al fondo de la sala, a espaldas de las personas que hablaron emotivamente, amigos y compañeros de diferentes batallas, sobre la persona de Vidarte y leyeron pasajes de su última obra, "Ética marica. Proclamas libertarias para una militancia LGTBQ", escrita desde las tripas y desde el corazón ante el panorama que observó lúcidamente el filósofo.
Javier Sáez nos habló de cómo consideraba Vidarte que una ley aparentemente progre como la del cambio del sexo constituía una patologización de la transexualidad, de cómo Vidarte contempló esperanzadamente cierto florecimiento alternativo frente a una notable falta de movilización y de contenido ideológico provocada por los aparentes logros de la última legislatura. También comentó Sáez algunas ideas presentes en el libro: el hecho de que no se plantee una ética universal y considere que hay una ética propia en cada individuo; el cuestionamiento de valores tradicionales intocables como la democracia (considerada heterosexual), el Estado, los derechos humanos o, incluso, el individuo; su negativa a la negociación, al diálogo, al entendimiento, que supone dejarse atrapar por el poder; su no, de la misma manera, a la igualdad, a la integración, que supone plegarse al código heterosexual -¡somos diferentes, vivimos con nuestras diferencias!-; el considerar que la orientación sexual no es algo accesorio, sino lo primordial y tiene un potencial subversivo; una reflexión sobre la poca utilidad política de la teoría queer; el hecho de que la lucha del colectivo gay tendrá que articularse con otros colectivo explotados, ya que la lucha contra la homofobia no está aislada, sino en un conjunto de explotaciones diversas; el miedo, la humildad, el sometimiento a la autoridad... consideraba Vidarte que eran una herencia franquista; también se atrevía el filósofo a refutar al mismísimo Ortega, frente a la frase "yo soy yo y mis circunstancias", hay que dejar claro que las circunstancias -los privilegios- se dan de antemano.
Fueron leídos enjundiosos pasajes del libro, escrito con una envidiable sencillez y sentido del humor, que escondían "cargas de profundidad" brillantes y subversivas.
Me quedo también con bellas palabras, pronunciadas por otra persona cercana a Vidarte, describiéndole como "todo plumas y anarquía" y afirmando que las "tímidas escorrantías" algún día se unirán a una "oleada de revolución".

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