lunes, 9 de febrero de 2009

Más palabras sobre la dictadura cubana

Como la realidad de Cuba me puede, decido mandar una carta al periódico Diagonal (del cual soy suscriptor, a pesar de encontrar bastantes cosas que no me gustan).
"Mi carta viene a ser una extensión de la que leí con agrado en vuestra periódico núm.92, en ella se hacía, a mi modo de ver las cosas, una crítica lúcida y libertaria de el mito El Ché (se hablaba, entre otras cosas, de su paternalismo, de su dirigentismo y de la represión que llevó a cabo desde el poder estatalista). Esa crítica, potenciada por décadas de permanencia en el poder, pueden ser igualmente dirigidas hacia los hermanos Castro y al resto de la oligarquía del Estado cubano (recordaré, en primer lugar, que la división de clases sigue existiendo en aquella "revolución" y que hablar de "transición hacia el socialismo" me parece un mal chiste). Me ha resultado triste, aunque nada extraño, que el actual coordinador general de IU se muestre al frente de una manifestación de apoyo a Fidel Castro y a la autodenominada Revolución Cubana. Ya escuché en cierta ocasión a su antecesor, en la mencionada coalición de izquierdas, afirmar que el régimen cubano no era una dictadura (un Estado policial en toda regla, creo que es la mejor definición). Compruebo ahora, de nuevo, en vuestra publicación la simpatía que manifestáis hacia el férreo régimen castrista, al afirmar que la "masiva" manifestación de apoyo demuestra que el "veneno comunista" es un valioso antídoto contra el neoliberalismo y está, además, "expandiéndose por el continente". Me une un vínculo emocional con Cuba, he estado varias veces en la isla y me resulta incomprensible cómo puede seguir defendiéndose un sistema totalitario que ha convertido los temores de Orwell en una espantosa realidad. Igualmente incomprensible es el hecho de que haya personas en España, por cuya honestidad pondría la mano en el fuego, que persista en el "mito", en aferrarse a algo sin apenas base real en definitiva, y todavía se muestre reticente a hacer la más elemental crítica a aquella "revolución", tal vez por temor a legitimar un capitalismo criminal o quizá por ser etiquetado por aquellos que ven la realidad sociopolítica de forma simplista y maniquea, o quizás de manera interesada. Es posible que el régimen cubano (me niego a considerar aquello una revolución) haya tenido ciertos logros (convenientemente magnificados), pero yo solo he comprobado miseria y desesperanza en la sociedad civil, una constante represión policial y una profunda ineptitud político-económica por parte de la clase dirigente. El socialismo de Estado ha fracasado en demasiados países y no creo que ya nadie puede negar sus numerosos crímenes y su pronta conversión en monstruos burocráticos inamovibles, y Cuba no es una excepción. Esta crítica ya la realizaron numerosos anarquistas pasados pocos años de la Revolución Rusa, y con esa modesta intención de encontrar nuevas formulaciones para un socialismo libertario la realizo yo en este momento. Vuestro periódico Diagonal quiera realizar una labor de "actualidad crítica", tal y como aparece en el texto de cabecera, y es por eso que me gustaría comprobar en el futuro que vuestro trabajo periodístico tenga un fuerte compromiso con cualquier sistema que vulnere los derechos humanos y las libertades elementales."

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