martes, 8 de junio de 2010

La vida es flujo, concurrencia, movimiento, evolución, polémica, ..., el enemigo es, a priori, el quietismo, aunque hasta esto resulta matizable. Frente a los que tratan de vendernos nuevas verdades (o viejas, con algún disfraz que otro), frente a los que desean que nos movamos al son de una nueva (o vieja) música espiritual o trascendente con el subterfugio de "abrir nuestra mente", no hay nada mejor que la vieja escuela escéptica. Razonar, sobre todo. Cuesta hacer entender que mi (nuestro, si se me permite la pluralización) materialismo no es algo vetusto y corto de miras, que partimos de la aceptación de un plano humano (no trascendente) para tratar de convertir en realidad nuestros más bellos sueños. El compromiso más fuerte con unos valores (individuales y colectivos) se realiza, estoy seguro, aceptando nuestra finitud, partiendo de una realidad material para efectuar el más elevado desarrollo (si quiere llamarse así) espiritual. Mi (nuestro) materialismo no es la aceptación de una realidad pobre y sin sentido, es el punto de partida para otorgar sentido a la realidad. Es el discurso en el que, frente a los mercaderes de nuevas (o viejas) verdades, seguiremos insistiendo; no es, tal vez, tan atractivo en su superficie, pero resulta a la larga infinitamente más poderoso. Hoy me apetecería insistir en toda una concepción de la vida (razón, escepticismo, negación de trascendencia y de la verdad con mayúsculas...), pero recurro (también, para mi "tranquilidad existencial" a los que poseen un mucho más elevado ingenio gráfico.



1 comentario:

Anónimo dijo...

"Hoy me apetecería insistir en toda una concepción de la vida (razón, escepticismo, negación de trascendencia y de la verdad con mayúsculas...)".

Bien, si no se da la verdad con mayusculas (Nietzsche y Dios ha muerto) no se puede dar la mentira con mayusculas (Postmodernidad). ¿Como negar entonces la trascendencia de una manera radical?, ¿cómo afirmar la razón?.

El escepticismo no puede resolver esas aporias.

Razón, negación de trascendencia y de verdad absoluta, que yo sepa solo, sin caer en aporias, se dan en el Pragmatismo. Igualmente tolerante o incluso más, e igualmente anti-dogmatico.

Si bien el escepticismo es una postura válida, no casan con ello las demás variables que ha propuesto en su comentario.

¿Y si estuviera equivocado?. ¿Y si resultara que para llegar a ser esceptico se debiera suspender el juicio (epojé) para llegar a esa indiferencia (ataraxia) esceptica?. ¿Y si la suspensión de todo juicio le llevara a la fenomenología?. ¿Escepticismo pirronico o el de Montaigne?. ¿Realmente quiere decir escepticismo o perplejidad?

«La mayoría de las causas de perturbación son gramaticales.» (Montaigne. Essais, II, XII: 508).

Interesante su blog.
Un saludo
Pablo de Larami.