domingo, 7 de julio de 2013

Marxistas, marxianos y derivados

Puede hablarse de tres forma de entender el marxismo: (I) El propio pensamiento de Marx, tomado en su conjunto, bajo el aspecto de una evolución total o atendiendo principalmente a alguna de sus etapas; así, ese pensamiento incluiría un método, una serie de supuestos, un conjunto de ideas de distinta índole y multitud de reglas de aplicación, tanto teóricas como prácticas; (II) Un grupo de doctrinas, filosóficas, sociales, económicas y políticas, fundadas en una forma de interpretación del marxismo y tendiendo a sus sistematización; Engels dio forma definida a este grupo de doctrinas, para luego ser transformado por Lenin y dar lugar al llamado "marxismo ortodoxo"; (III) Por último, existen una muy variada serie de interpretaciones originadas en diversas épocas y formadas según distintas tradiciones, temperamentos o circunstancias históricas (ejemplos pueden ser las interpretaciones alejadas del "marxismo ortodoxo", el llamado "marxismo occidental", el maoísmo, algunos intentos de reavivar el marxismo retornando a las fuentes…). De un modo más general, se ha llamado marxismo también a los métodos, doctrinas e ideales políticos adoptados en diversos países en el momento de la lucha contra el imperialismo y el colonialismo. Como ya se ha insistido en muchas ocasiones, la apelación al marxismo se produjo de manera tan indiscriminada, que a menudo parecía perder su significado. En cualquier caso, puede hablarse de elementos comunes a toda interpretación de Marx, como es el caso de las doctrinas del materialismo histórico y del materialismo dialéctico.

Dicho esto, puede decirse que empleamos la palabra "marxista" para aludir a los que siguen las teorías de Marx (aunque, más bien olvidando a Engels, que tanto aportó y tanto trató de sistematizar). Sin embargo, existe el vocablo "marxiano", creo que más utilizado por especialistas y que tantas veces hemos tomado como sinónimo de aquel. No, no se trata de una broma para traer a colación al genial Groucho, aunque el que suscribe se considera abiertamente "marxiano" si ello alude a los geniales cómicos judíos. Hablando en serio y volviendo al autor alemán, aunque yo creo que no hay un criterio único en castellano para el empleo de un término u otro, y tampoco es que esa distinción sea muy habitual en castellano, existe "marxismo" y existe "marxiano". La interpretación más general del asunto dice que "marxiano" alude a las conclusiones e ideas que Marx expresa en su obra, mientras que "marxista" sería cualquier teoría derivada por otros autores considerada dentro de la tradición ideológica originada en el autor de El capital.

En el libro Marxismo para principiantes, que parece pretender apartarse de la ortodoxia que no tardó en aparecer después de Marx, se dice lo siguiente:
Marxismo-marxiano-marxista: El marxismo es una teoría crítica de la sociedad capitalista que promueve en todo el mundo una práctica política de emancipación, rebeldía, resistencia, liberación y revolución. Presupone una concepción del mundo y de la vida, de la historia y del sujeto, expresada desde el punto de vista de las oprimidas y los explotados. Como teoría crítica constituye un saber abierto. Es científica, filosófica, ideológica, ética y política al mismo tiempo. El término marxiano es más “técnico”. Hace referencia a los textos escritos exclusivamente por Karl Marx. El término marxista alude a los escritos, al pensamiento y a las tradiciones políticas no sólo de Marx sino también de sus seguidores y partidarios posteriores, hasta hoy en día.
Como es evidente, el asunto no es tan sencillo y otras interpretaciones aseguran que "marxiano" es todo aquel que considera algunos presupuestos teóricos de Marx (como pueden ser la dialéctica o la teoría de la plusvalía), pero sin asumir la praxis política ni el comunismo. Así, desde este criterio, el marxista asumiría tanto la teoría como las conclusiones prácticas de las teorías de Marx.

También de modo general, es posible que los que hayan querido huir del dogmatismo, en que no pocas veces han desembocado las teorías de Marx, hayan preferido hablar de "marxiano" o de "teorías marxianas". A algunos ortodoxos marxistas se les llevaron los demonios cuando vieron esta distinción y se cuestionaban algunas verdades "definitivas" establecidas por el "maestro". En cualquier caso, es más habitual, cuando no nos referimos al marxismo oficial iniciado con Lenin y el régimen soviético, hablar de "marxismo no ortodoxo" o "marxismo heterodoxo". No obstante, es una distinción que resulta también cuestionable, ya que hablar de ortodoxia y heterodoxia en el marxismo implica tal variedad de formas, que acaba por significar más bien poco. Este galimatías empeora si observamos la infinidad de autores que destacan un aspecto u otro de las teorías de Marx: sus rasgos humanistas, su carácter científico, las raíces hegelianas o la negación de las mismas, la teorías sociales, la práctica revolucionaria… Todo esto lleva a pensar si los que se han considerado marxistas (que no marxianos, si seguimos la distinción general entre ambos términos) han tenido del todo claro las teorías originales del autor, con todo lo que eso parecer tener de dificultad para ser sistematizada y, mucho más rechazable, tomarlo como una doctrina definitiva para analizar las sociedades humanas.

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