domingo, 27 de diciembre de 2015

Las propuestas económicas del anarquismo clásico: el comunismo libertario

El comunismo libertario, considerado una evolución dentro del ideal libertario, consideraba que la revolución social, con la abundancia productiva que conllevaría, haría innecesaria también la propiedad de los útiles de consumo. Aunque hay diversos precedentes cercanos al comunismo libertario, es Piotr Kropotkin el teórico más importante del mismo, tal y como lo expone en obras como Campos, fábricas y talleres o La conquista del pan.

Kropotkin reivindica el esfuerzo colectivo que ha dado lugar a grandes logros en  la civilización. Existen personalidades individuales que han creado grandes cosas para disfrute de la humanidad, aunque no dejan de ser aquéllos también hijos de la industria y, por lo tanto, de la labor de infinidad de obreros que la han desarrollado. Todo lo creado lo ha sido por el esfuerzo combinado de generaciones pasadas y presentes; a pesar de ello, la apropiación por parte de unos pocos de todo lo que incremente la producción no ha dejado de ocurrir. Es por eso que Kropotkin critica una economía que no beneficia a toda la humanidad, y ya hace tantos años denuncia a un capitalismo también por unas crisis cíclicas que dejan sin trabajo a cientos de miles de personas. La educación y el progreso moral se producen de manera estrechamente vinculada al desarrollo económico y a la justicia social, es decir, libre disfrute de cada persona de la riqueza.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Las propuestas económicas del anarquismo clásico: el colectivismo

El colectivismo, que tiene en Bakunin su origen, renunciaba al comunismo, ya que lo identificaba, seguramente y de manera exclusiva, con el marxismo por cuartelario, por anular la libertad individual; proponía el derecho del productor a la propiedad de los bienes de consumo, un garante de la libertad individual.  El programa colectivista de Bakunin se basaba en la propiedad colectiva de la tierras, fábricas y talleres, por parte de los miembros de cada grupo productor, en la autogestión de cada grupo y en la federación de los mismos entre sí para coordinar metas e intercambios.

Uno de los factores primordiales para el anarquismo colectivista, como no puede ser de otra manera, es la abolición del Estado. Se reclama la libertad completa, para individuos y organizaciones, sin poder alguno, ya que es el único fundamento y el único principio creativo de cualquier organización, política o económica. Se rechaza el Estado y, consecuentemente, también que sea la vía para cualquier forma de comunismo o socialismo. Por lo tanto, el Estado se disolverá en una sociedad libremente organizada según los principios de la justicia. La justicia es para Bakunin sinónimo de socialismo; no es una justicia dentro de los códigos y del derecho romano, basados en gran medida en el uso de la violencia y de la fuerza, sino basada exclusivamente en la conciencia de cada ser humano. La justicia se identificar con el socialismo, al igual que con la libertad y la equidad, dos conceptos que permanecerán ya unidos en el anarquismo. La libertad debe ir de la mano de la igualdad, ya que sin esta no hay tampoco verdadera justicia, dignidad, moralidad ni bienestar para las personas. La sociedad, como se ha dicho, se organizará sin poder alguno (Estado), de tal forma que sea imposible la explotación; cada mujer y cada hombre encontrará al entrar en la sociedad los medios materiales y morales para desarrollar toda su humanidad. Cada miembro de la sociedad disfrutará de la riqueza social, ya que es fruto en realidad del trabajo colectivo, en función de su contribución directa a la creación de esa riqueza.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Anarquista y/o libertario

En el lenguaje español, la palabra "libertario" remite a las ideas anarquistas; particularmente, las consideramos sinónimos y las utilizamos en el mismo sentido: ideas libertarias = ideas anarquistas. Sin embargo, creemos que todos nos hemos encontrado con personas que se consideran libertarios, pero no necesariamente anarquistas. ¿Por qué es así?

No nos referimos a los llamados libertarian, que se ha traducido en castellano alegremente como "libertarianos", y a su ideario como "libertarismo", los cuales realizan una crítica al Estado, en beneficio de la libertad individual, pero que consideran sagrada la propiedad privada y están a favor, en lo económico, de una liberalismo salvaje y del laissez-faire. No obstante, este concepto libertariano añade no poca confusión al asunto, ya que se considera heredero del liberalismo clásico, más situado en la derecha, al menos en lo económico, mientras que lo libertario (anarquista) se ha considerado tradicionalmente una corriente izquierdista por su carácter social (aunque recordando que también recoge un legado del liberalismo, especialmente en cuestiones de defensa de la libertad individual).

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La pérdida del pudor. El naturismo libertario español (1900-1936)

Recién editado por LaMalatesta, La pérdida del pudor. El naturismo libertario español (1900-1936), de Carmen Cubero Izquierdo, es un estudio sobre una corriente dentro del anarquismo de diáfano discurso y prácticas contraculturales, en aras de la emancipación humana, y con la fortaleza suficiente para influir en la sociedad de su tiempo.

Como bien se explica en la introducción del libro, el naturismo no es un tema muy tratado como corriente filosófica y cultural. Hablamos de una ideología que se oponía radicalmente a la idea de progreso heredada de la Ilustración, pero más concretamente al desarrollo de la industrialización, introduciendo valores en armonía con el entorno natural, como es el caso de la higiene, la alimentación o el nudismo.
Si puede hablarse de varias ramas dentro del naturismo, cada una de ellas acomodada a las diferentes ideologías, una de las que tuvo mayor influencia fue la del naturismo médico, que abogaba por medicamentos de origen natural en sustitución de los químicos y apostaba por el ejercicio físico, el paseo por el campo y los baños de agua, aire y sol. Como puede comprobarse, más de un siglo después de su nacimiento en Alemania, los postulados del naturismo resultan de una innegable actualidad para la salud humana.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Los surcos del azar

Paco Roca es un conocido ilustrador y dibujante de cómics, con trabajos tan populares como Arrugas (2007), con el Alzhéimer como tema central, o El invierno del dibujante (2010), obra que recoge las vivencias de los autores de historietas en la España Franquista. Con Los surcos del azar, publicada en 2013, nos ofrece la historia de los españoles derrotados en la Guerra Civil y que acaban siendo los liberadores de París en la Segunda Guerra Mundial en un nuevo enfrentamiento con el fascismo.

La emotiva historia, o historias, que recoge Los surcos del azar está protagonizada por el anarquista Miguel Campos y se desarrolla en dos tiempos: al término de la Guerra Civil Española, cuando debe embarcar desde el puerto de Alicante en condiciones terribles para la ciudad norteafricana de Orán (para encontrarse un trato no menos inhumano por parte de la gloriosa Francia), y en la actualidad, ya en el terreno totalmente especulativo, cuando el propio dibujante se encuentra con el anciano viviendo en una localidad gala y le relata sus dramáticas y sorprendentes vivencias bélicas. Aunque no se trata de una obra que quiera profundizar en la política, algunos divertidos apuntes insinúan las diferencias ideológicas entre este grupo de hombre, fueran socialistas, comunistas o anarquistas, todos luchadores contra el fascismo.