miércoles, 4 de junio de 2008

Sobre la naturaleza humana

Jesús Mosterin es un interesante filósofo que acaba de publicar La naturaleza humana, obra que pretende indagar en qué es el ser humano. Me identifico con su concepción individualista de la ética y con su negación de toda trascendencia colectivista. Sin embargo, hay varias cosas que me chirrían leyendo una entrevista a este hombre. Ante la máxima de Fukuyama acerca del fin de la historia y de las ideologías, y de que el capitalismo es el sistema que mejor se adapta a la naturaleza humana, Mosterín menciona la posibilidad de que la naturaleza humana se vea alterada por la tecnología genética y así perdería validez la sentencia de Fukuyama . Éste, pretende blindar los valores de la comunidad política, valores comunitarios que el filósofo español niega que existan, ante el avance de una revolución tecnológica desprendida de humanismo. Por otra parte, ante la pregunta de dónde se deriva el bien común, Mosterín insiste en lo individual de la ética, pero no así el derecho utilizado como imposición a cada individuo (para, por ejemplo, no robar al prójimo). El filósofo sentencia a continuación (no sé si irónicamente): "Tal vez en el futuro, cuando sea posible seleccionar todas las carecterísticas genéticas de los hijos, llegue a no nacer ningún individuo peligroso o malvado, y tal vez el anarquismo llegue a ser posible entonces". Mosterín pone voz a la mayoría de la humanidad, al decir que está de acuerdo en perder algo de libertad a cambio de poder defendernos de esos individuos (las malas personas). Bien, ante este argumento (que sí es posible que lo sostengan gran número de personas), se requieren un montón de matizaciones y alguna que otra negación (y, de nuevo, y lamento ser persado, indignación). El anarquismo se ve reducido a una caricatura en estos razonamientos; si el filósofo hubiera mencionado la palabra "anarquía", con doble acepción, quizá yo no me indigne, pero él parece referirse a una política anarquista (que es lo que está detrás de "anarquismo", con lo cual se agradecería que no se utilice alegremente). Aceptando eso, que el comentario se refiere a una sociedad anarquista, y utilizando parte de su argumento: no creo que haya ningún anarquista que se precie de serlo (que poseerá una ética de "no dominación", naturalmente), que no esté dispuesto a renunciar a parte de su libertad en una sociedad libertaria. Quiero decir, por si iban por ahí los tiros, una sociedad anarquista no es que cada uno haga lo que le dé la gana sin ningún veto, es una sociedad con una organización horizontal en la que se conjuguen libertad y libres oportunidades para cada persona (esto es por no decir "igualdad"). La segunda parte del argumento es más delicada: "renuncia a una porción de libertad individual en aras de poder defenderse de los individuos peligrosos (gracias al derecho, origen del bien común)". De nuevo, parece que se pretende reducir el anarquismo a "ausencia de leyes"; obviamente, no gusta al anarquismo el Estado, con su ordenamiento jurídico y su cuerpo policial, pero es malicioso, o producto de la ignorancia, afirmar que una sociedad anarquista no necesita normas, como si fuera a florecer la utopía por generación espontánea, contando con la buena voluntad de todos los seres humanos. Ya he mencionado en otras ocasiones, que yo rechazo el concepto de "utopía", es decir la posibilidad de lograr una sociedad perfecta (o donde haya acabado la posibilidad de ser perfectible, otro motivo para rechazar valores comunitarios inamovibles). El anarquismo (o los anarquismos) no creo que haya confiado nunca en una supuesta naturaleza bondadosa del ser humano, pero sí en su capacidad de perfección, en la posibilidad de aumentar sus capacidades gracias a un ambiente justo y libre; considerar que un determinado sistema (jerarquizado, desigualitario, como son el capitalismo y el estatalismo) se adecúa mejor a la naturaleza humana es limitar la cuestión. A lo largo de la historia ha habido numerosos cambios de paradigmas políticos y sociales, y la "supuesta" naturaleza humana ha quedado modificada y determinada por ellos; es por eso que tal vez el anarquismo tenga razón al afirmar que no hay una naturaleza previa al ser humano y esté, gracias a esa posibilidad, todo por construir. Por otra parte, el anarquismo señala los grandes males de la humanidad e indaga en sus causas; uno de ellos es el autoritarismo que produce falta de libertad y desigualdad, la jerarquización social sería entonces uno de los grandes males (origen de numerosos crímenes). Hablar de "individuos peligrosos" (que los hay) es hablar, en primer lugar, de los que tienen poder sobre sus semejantes. Tal vez, como han sostenido grandes filósofos, sea imposible acabar con el concepto de "poder", pero lo que se desea es un poder sobre nuestras propias vidas (es decir, combatir a aquellos que nos han arrebatado tal cosa). Hablar de "seguridad" en este mundo que vivimos es una de las grandes trampas que hipotecan nuestras vidas. Todos deseamos seguridad, pero la cuestión es a cambio de qué; parece que es, en gran medida, a cambio de seguir aceptando un mundo injusto.

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