jueves, 6 de enero de 2011

La idea de naturaleza humana

Si la cuestión de que todos los hombres comparten las mismas características anatómicas y fisiológicas tiene una respuesta obviamente afirmativa, no queda nada claro si el conjunto de la humanidad comparte una misma organización síquica y una misma naturaleza (si es que puede hablarse de algo llamado "naturaleza humana"). El concepto de humanidad, y también de humanismo, está basado en la idea de una naturaleza humana de la que participan todos los hombres. Tradicionalmente, se ha abundado en esta idea de que cada individuo lleva en sí, no solo su individualidad, sino las potencialidades de toda la humanidad. A estas alturas, la idea de una naturaleza o esencia humana es puesta en duda, diversos expertos tienden a considerar al ser humano como una hoja en blanco en la que cada cultura escribe el texto correspondiente. No se niega, de manera taxativa, la singularidad de la especie humana, pero se limita la importancia de los contenidos y sustancias de la idea de humanidad.

Erich Fromm profundiza en el pensamiento de Marx y Freud sobre esta cuestión; en contraste con las tendencias actuales, estos autores daban por supuesto que la conducta humana resulta comprensible, precisamente porque es la conducta del hombre genérico, de una especie que puede ser definida en función de su carácter síquico y mental. Sin embargo, Marx no incurrió en el error de confundir una supuesta naturaleza humana con las manifestaciones particulares que se han dado en cada sociedad y en cada época histórica. Esta es la importante diferencia, la que se establece entre una naturaleza humana en general, difícilmente observable, y la naturaleza humana surgida en un determinado momento de la historia, que es la que podemos observar en las diversas culturas. Fromm afirma que es posible deducir la naturaleza humana genérica, las leyes que la rigen y cuáles son las necesidades del hombre, estudiando las diversas manifestaciones. No es fácil estudiar el pensamiento de Marx, se habla constantemente de supuestas contradicciones en el mismo, por no hablar de las diversas interpretaciones y de la contaminación (justificativa) que surge de las distintas praxis sociopolíticas. Fromm realiza una interpretación eminentemente humanista, y rechaza las interpretaciones que se dieron entre los autores soviéticos. En un primer momento, Marx confundía una supuesta esencia del hombre con la naturaleza humana en general, pero posteriormente dejó a un lado esa interpretación y aclaraba que "la esencia del hombre no es una abstracción inherente a cada individuo en particular".


La naturaleza del hombre puede definirse como un potencial dado, un conjunto de condiciones, algo que puede ser llamado la materia prima inmodificable, de tal manera que algo como el tamaño y la esctructura del cerebro han permanecido iguales desde los albores de los tiempos. No obstante, el hombre sí se transforma a lo largo de la historia, es producto de ella (por llamarlo de esta manera), puede llegar a ser lo que potencialmente es. Tal y como lo define Marx, la historia es el proceso por el cual el hombre se crea a sí mismo desarrollando, durante el proceso de trabajo, aquella potencialidades que posee de manera innata. El conjunto de la historia universal es la creación del hombre por medio del trabajo, así como el surgimiento de su naturaleza. El hombre debiera ser consciente de este proceso de autocreación y de sus propios orígenes. Tal y como Fromm observa, Marx se opone a dos posturas: la que afirma que la naturaleza del hombre es una sustancia existente desde el comienzo de la historia (que podemos denominar como visión antihistórica, propia de la religión) y la relativista, según la cual no hay ninguna cualidad propia de la condición humana y el hombre es simplemente reflejo de las condiciones sociales. Parece ser que Marx no profundizó en una visión que superara definitivamente ambas posturas y de ahí que las interpretaciones hayan sido variadas y contradictorias.

Los autores socialistas, incluidos los anarquistas, insistieron siempre en algo que podemos llamar determinismo social. Sin embargo, resulta una caricatura ignorar el humanismo inherente al pensamiento de las diversas tendencias socialistas. Bakunin hablaba de una "conciencia universal de la humanidad", que se manifiesta a lo largo de la historia en formas muy diversas. En la línea del Marx interpretado por Fromm, el anarquista ruso contempla la historia como un proceso en el que el hombre desarrolla su propia humanidad. Al igual que Fromm hace una lectura del mito judeocristiano, en la que los primeros humanos desobedecen al creador e inician así el proceso de desarrollo de la libertad y la razón, así Bakunin habla de que los ancestros poseían ya la capacidad para pensar y para rebelarse, facultades combinadas que a lo largo de la historia dan lugar a la humanidad. Del mismo modo, el trabajo sería el instrumento emancipador, no solo para cubrir las necesidades más obvias, también para desarrollar las necesidades del ser social que pretende conquistar y realizar su libertad de manera plena.

1 comentario:

Nadadeutopiarealidad dijo...

Muy interesante, gracias por la información. Sigo bastante tu blog y tenemos bastantes concordancias de pensamiento.
No obstante, como se puede explicar, desde tu punto de vista la naturalidad hacia la anarquía, hacia la libertad, en distintas partes del mundo, en distintas sociedades, oprimidas o no, educadas de tal o cual manera y que los gestos de intención de libertad o revolución se manifiesten por naturaleza, y esa misma es la que rige nuestros valores, comportamientos y razonamientos, aunque tengamos toda esa herencia cultural y genética de las culturas ancestrales que son ajenas a esa naturaleza, desde nuestro lado hombre, en vez del animal, que como queda demostrado a lo largo de la historia si se oprime se genera la rebelión en la granja.

Salud y espero tu respuesta