No es muy conocido que el gran escritor Frank Kafka profesaba ideas anarquistas; al margen de su obra, que destila en gran medida un espíritu libertario, si atendemos a su biografía, su cercanía vital al movimiento anarquista es indudable.
La respuesta a por qué se silenció la dimensión político-anarquista de Kafka está en el libro Kafka anarquista. El anatomista del poder, de Costas Despiniadis, para cuya edición se pide ahora ayuda anticipada. Se trata de una interpretación política de los textos del escritor checo e, incluso, una interpretación anarquista de los mismos. Resulta increíble que el aspecto subversivo y libertario de la obra de Kafka, debido muy probablemente al intolerable conformismo académico y comercial, haya sido silenciado durante un siglo. Parece que ya se está poniendo remedio con libros como este y resulta tremendamente saludable para las ideas libertarias poner el foco en el potencial antiautoritario del legado de Kafka. Hablamos de un implacable analista del poder, del patriarcado y de la burocracia, con obras como El veredicto, La metaformosis, El proceso o El castillo. No hay que olvidar tampoco En la colonia penitenciaria, escrita tras el impacto que supuso la Primera Guerra Mundial, que supone seguramente un cambio en Kafka al trasladar su crítica a toda forma impersonal de dominación. Por su parte, su inacabada novela América supone una feroz crítica del capitalismo moderno.
Si recordamos su temprana rebeldía contra el autoritarismo paterno, junto a su posterior crítica al poder político y económico, concluimos que las dos formas de dominación, la personal y la estatal, se encuentran vinculadas para este autor. Algunos testimonios recuerdan también la intransigente exigencia de Kafka por su autonomía, independencia y libertad en todos los ámbitos. De esa manera, a la fuerza tuvo que acercarse a los círculos anarquistas de Praga, ese capítulo maldito de su trayectoria vital que, con notables excepciones, ha sido silenciado por la mayor parte de sus biógrafos. Al igual que tantos anarquistas, Kafka tuvo durante unos pocos años cierta confianza en la Revolución rusa, pero pronto supo vislumbrar la degeneración autoritaria y burocrática del aquel régimen. Una obsesión, la crítica a toda forma de burocracia, y también la tejida con mimbres democráticos, que se repetirá a lo largo de su obra. Es posible que este libro, para el que LaMalatesta Editorial pide ayuda para su publicación, sea el primero escrito por alguien explícitamente anarquista. El deseo de dar a conocer a uno de los grandes escritores del siglo XX, y hacerlo desde una perspectiva libertaria, es indudable.
En este enlace, tenéis los detalles de crowdfunding.
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Si recordamos su temprana rebeldía contra el autoritarismo paterno, junto a su posterior crítica al poder político y económico, concluimos que las dos formas de dominación, la personal y la estatal, se encuentran vinculadas para este autor. Algunos testimonios recuerdan también la intransigente exigencia de Kafka por su autonomía, independencia y libertad en todos los ámbitos. De esa manera, a la fuerza tuvo que acercarse a los círculos anarquistas de Praga, ese capítulo maldito de su trayectoria vital que, con notables excepciones, ha sido silenciado por la mayor parte de sus biógrafos. Al igual que tantos anarquistas, Kafka tuvo durante unos pocos años cierta confianza en la Revolución rusa, pero pronto supo vislumbrar la degeneración autoritaria y burocrática del aquel régimen. Una obsesión, la crítica a toda forma de burocracia, y también la tejida con mimbres democráticos, que se repetirá a lo largo de su obra. Es posible que este libro, para el que LaMalatesta Editorial pide ayuda para su publicación, sea el primero escrito por alguien explícitamente anarquista. El deseo de dar a conocer a uno de los grandes escritores del siglo XX, y hacerlo desde una perspectiva libertaria, es indudable.
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